PASIÓN Y SUICIDIO
La foto de Soledad Rosas haciéndole “fuck you” al mundo a la salida del Palacio de Justicia de Turín, esposada y escoltada por un grupo de carabinieri recorría noticieros, diarios e incluso revistas del corazón, porque su caso lo reunía todo: clima de fin de siglo, ideales, amor, decepción, política y muerte. Aquel gesto de rebel- día en estado puro devino remera e icono entre los movimientos reivindicadores del anarquismo. También fue canción: el Indio Solari cantó “La Sole se fue de lo linda que era”, al final del tema “Esto es to-to-todo amigos”; y también fue novela: en 2003, Martín Caparrós publicó “Amor y anarquía, la vida urgente de Soledad Rosas”, obra en la que se sostiene el filme de Agus- tina Macri.
Soledad, una chica de Barrio Norte y educación cristiana, fue detenida junto a su novio italiano Edoardo “Baleno” Massari, acusados de atentar contra el sistema ferroviario de alta velocidad. Estuvo presa en una granja de recuperación del Piamonte mientras era investigada. Allí pasó su cumpleaños número 24 y en aquel aislamiento se enteró del suicido de Baleno, a quien encontraron colgado en otro penal. El sábado 11 de julio de 1998, Soledad fue al baño de su celda, ató una sábana al caño de la ducha y también ella se quitó la vida. “Íntimamente lo extraño demasiado (…) mamma mía, es tan profundo el dolor de la muerte que parece que no se puede superar más", escribió en un carta para sus compañeros anarquistas días antes de suicidarse.