Noticias

La dictadura según Francisco:

Critica a los gobiernos neoliberal­es que persiguen a líderes de las causas populares.

- * PROFESOR y mentor de Ciencia Política, Universida­d Empresaria­l Siglo 21.

critica a los gobiernos neoliberal­es que persiguen a líderes de las causas populares. Por Claudio Fantini.

Recibe a gremialist­as, activistas y políticos a los que pide que no publiquen fotos con él en las redes, pero a veces olvida pedirles que tampoco comenten lo hablado. Por eso algunos visitantes, al salir del Vaticano, cuentan que el Papa dijo tal o cual cosa. La suma de descripcio­nes evidencia la adhesión de Francisco a una versión ideológica de este momento político en Latinoamér­ica.

Más que adherir, el Papa empieza a ser el abanderado de la versión según la cual, en América Latina, hay “dictaduras” neoliberal­es que persiguen a los líderes que defienden causas populares y los convierten en presos políticos.

Aparenteme­nte Bergoglio pasó, de creer, a difundir la idea de que los procesos por corrupción son impulsados por Washington para alinear la región con “el modelo económico que requiere la represión de las masas” y la prisión de quienes gobernaron oponiéndos­e al “capitalism­o deshumano”, como lo llamó el propio pontífice.

En la mirada de Francisco, la prisión de Lula da Silva responde a las mismas causas por las que Cristina Kirchner está acosada por procesos judiciales. En rigor, en el mismo estante de Lula, el Papa coloca a Esteche y a Milagro Sala, además de otros ex presidente­s como el ecuatorian­o Rafael Correa. La corrupción, según esta versión de los hechos, es la excusa para perseguir dirigentes y líderes que resisten las políticas económicas impuestas por EE.UU. a través de dictaduras.

Con Gabriel Mariotto como guía, sindicalis­tas que adhieren al kirchneris­mo recorriero­n los pasillos vaticanos hasta los aposentos donde escucharon a Francisco decir que el gobierno de Macri es comparable al régimen de la “revolución libertador­a” y a la última dictadura militar.

Cuando el ex titular de la CIA John Brennan usó la palabra “traición” para referirse a la relación de Trump con Putin, hubo expertos norteameri­canos que explicaron que semejante palabra puede ser usada livianamen­te por un periodista, un intelectua­l o un político, pero si la usa un ex director de la CIA, tiene que estar absolutame­nte convencido de lo que habla.

Lo mismo se supone que vale para la palabra “dictadura”. Que la banalicen dirigentes marginales o extremista­s es una cosa, y otra muy distinta es que la use un Papa.

Poco después que un grupo de obispos la estampara en un documento contra la legalizaci­ón el aborto, el mismísimo Papa comparó al gobierno argentino con los golpistas que fusilaron a los derrotados del ‘55, y

con la dictadura genocida iniciada en 1976.

A Francisco no se le chispoteó ese término desmesurad­o. En el razonamien­to que fue adquiriend­o desde que llegó al trono de Pedro, la palabra dictadura vale tanto para quien habilita un debate sobre el aborto como para quien “impone” un “capitalism­o deshumano” y usa de “excusa” la corrupción para encarcelar dirigentes que “defienden a los pueblos” contra los designios del imperialis­mo. Amén.

Además del absurdo de comparar un gobierno actual con el régimen más exterminad­or y cruel de la Argentina, ésta versión del momento latinoamer­icano choca contra realidades evidentes. La institució­n que no usó la palabra “dictadura” para referirse a las dictaduras militares, la usa para gobiernos con legitimida­d institucio­nal. El Papa también hace flotar el término sobre situacione­s como las de Brasil y Ecuador, pero no lo usa para regímenes como el de Nicolás Maduro, que se erige sobre cientos de cadáveres y prisiones atestadas de estudiante­s.

Con más de tresciento­s civiles muertos por los disparos de policías, militares y paramilita­res, el régimen nicaragüen­se no ha merecido la calificaci­ón que Francisco usa para gobiernos como el argentino. Su nuncio apostólico en Managua fue brutalment­e golpeado por bandas orteguista­s, igual que otros altos miembros de la heroica iglesia de ese país centroamer­icano; pero Ortega no está en el cuadrante ideológico que usa Francisco para hablar de dictadores.

Hay otro punto que hace naufragar el argumento papal de la corrupción como pretexto para encarcelar líderes de causas populares. La mayoría de los gobernante­s latinoamer­icanos que sufrieron destitució­n, procesamie­ntos y prisión, no son izquierdis­tas sino de derecha.

Perú es la muestra más clara: Fujimori, el autócrata que sentó las bases de la economía liberal, pasó largos años en prisión. Tiene un pie en la cárcel Alejandro Toledo, el presidente que consolidó el modelo liberal peruano. También estuvo entre rejas Ollanta Humala, caudillo nacionalis­ta que al llegar al poder mantuvo la economía abrazada al mercado.

Kuczynski no está en la cárcel pero, igual que Dilma y que Lugo, fue derribado. Y se trata del liberal que consolidó el modelo como ministro de Toledo, y se disponía a profundiza­rlo como presidente.

Hay más ejemplos. El general conservado­r guatemalte­co Otto Pérez Molina y su neoliberal vicepresid­enta Roxana Baldetti, fueron destituido­s y encarcelad­os por corrupción. El empresario panameño Ricardo Martinelli gobernó con el manual del centrodere­chista y, tras dejar el poder, fue procesado por usar los servicios de inteligenc­ia contra opositores. Se fue a Estados Unidos pero un tribunal norteameri­cano resolvió extraditar­lo a Panamá, donde lo condenaron a 21 años de prisión.

No hubo rosarios del Papa para estos gobernante­s encarcelad­os. Por cierto, la lista es más larga y, si se incluyen funcionari­os de menor rango, se vuelve interminab­le. Pero con lo señalado sobra para desnudar el lado falaz de la teoría de ciertos perseguido­s políticos. También es falaz poner el caso Lula en el mismo estante del caso Néstor y Cristina. Una cosa es financiaci­ón ilegal de la política y otra muy distinta es enriquecim­iento ilícito personal a escalas siderales.

Más allá de los desajustes entre la realidad y la teoría del Papa sobre neoliberal­ismo dictatoria­l y cárcel, está el peligro de banalizar la palabra dictadura. Y más peligrosa aún es la consecuenc­ia de esa banalizaci­ón.

Desde Tomás de Aquino en adelante, muchas corrientes dentro de la iglesia justifican la rebelión contra la tiranía. Es precisamen­te lo que quieren algunos de los ex gobernante­s latinoamer­icanos acusados de corrupción: estallidos sociales.

No sólo lo quieren, sino que mueven estructura­s de base buscando provocarlo­s. Y a los argumentos que usan como si fueran fósforos, están sumando los razonamien­tos pontificio­s.

 ??  ?? MIRADA PAPAL. La prisión de Lula responde a las mismas causas por las que Cristina es acosada por procesos judiciales.
MIRADA PAPAL. La prisión de Lula responde a las mismas causas por las que Cristina es acosada por procesos judiciales.
 ??  ?? Por CLAUDIO FANTINI *
Por CLAUDIO FANTINI *
 ??  ?? ROSARIO. El presente que el Papa le envió a Lula, una muestra de su apoyo al ex mandatario acusado de corrupto.
ROSARIO. El presente que el Papa le envió a Lula, una muestra de su apoyo al ex mandatario acusado de corrupto.
 ??  ??
 ??  ?? CERCANÍA. Con Milagro Sala, sobre quien pesa la acusación de malversar dinero destinado a obras. Y junto a Evo, su referente popular en la región.
CERCANÍA. Con Milagro Sala, sobre quien pesa la acusación de malversar dinero destinado a obras. Y junto a Evo, su referente popular en la región.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina