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Contra las cuerdas:

Cristina enfrenta su causa más pesada. El operativo "fue Néstor" y la noche que pasó junto a su hija. ¿Acercamien­to con el Papa?

- JUAN LUIS GONZÁLEZ jlgonzalez@perfil.com @juanelegon­zalez

Cristina Kirchner enfrenta su causa más pesada. La estrategia de “entregar a Néstor”, el operativo acercamien­to con Grabois y Moyano.

Los que la vieron dicen que ella está bien. Entera, tranquila. Que esta es una batalla más de una guerra que empezó en el momento en que dejó el poder. “Lamentable­mente está acostumbra­da”. Aseguran que el escándalo que destapó el chofer Oscar Centeno ni siquiera alteró su rutina, salvo por la noche del lunes, el día en que fue a declarar ante el juez Claudio Bonadio, y luego durmió en la casa de su hija Florencia en Constituci­ón para evitar los flashes, y un viaje al Sur que tenía programado y que tuvo que cancelar.

Sin embargo, hay una novedad interesant­e, que en el pasado se había asomado pero ahora toma forma y vuelo en el entorno de Cristina Kirchner: el operativo “fue Néstor”. Ni los muertos descansan en paz en la Argentina encuaderna­da.

El 2018 fue un año movido para el país y también para la líder de la oposición. De perder en las elecciones con un ignoto Esteban Bullrich a un entusiasmo con la caída de la imagen de Macri y de los suyos que perdura, a pesar de las esquirlas del Chofergate. “En nuestras encuestas no bajamos del 35% de intención de voto, este show mediático y judicial apenas nos rayó una puerta”, aseguran desde La Cámpora, donde en estos días hacen gala de pintadas “anónimas”, que apareciero­n en paredes de varios puntos del país, donde bancan a la jefa. Los nú- meros que no vienen de ellos marcan otra cosa: según una encuesta de D'Alessio y Berensztei­n, el 56% de los consultado­s piensa que CFK debe ir presa, y según la consultora Synopsis el 49% de las personas creen en la veracidad de los cuadernos, contra un 33% que hace lo contrario.

En el círculo de Cristina también hay internas sobre la existencia y el alcance de una “asociación ilícita” alrededor de la obra pública durante el gobierno K. A diferencia de los otros escándalos judiciales que la persiguen, el vuelo que tomó esta causa destapó una pelea que viene desde que La Cámpora empezó a ganar poder en ese entorno: la grieta entre la vieja guardia “santacruce­ña” y la nueva. “Esta red la armó Néstor con De Vido. Se quedaban con un vuelto para hacer política, pero a Cristina eso nunca le gustó y cuando murió 'el Pingüino' se peleó con Julio por esto. Las coimas en la obra pública existieron, como existieron siempre, pero CFK no tuvo nunca nada que ver y jamás tocó un peso”, aseguran muy cerca de ella. Aceptar tremen-

da confesión, aunque sea con el grabador apagado, es una señal de debilidad: antes de los cuadernos ningún kirchneris­ta con cierto poder admitía ni un desliz por parte de los líderes. Quizá que hayan aparecido los primeros arrepentid­os K en la Justicia -Claudio Uberti, del ministerio de De Vido, y Abal Medina, aunque no la involucró directamen­te a CFK-, haya tenido algo que ver con la revelación. Según esta lógica, el fallecido ex presidente sería el armador de la red de corrupción, y Cristina una inocente víctima de los pecados de su marido. Lástima que Néstor no está para defenderse.

Al menos Cristina tiene algo para festejar: logró dejar sin quórum la sesión del Senado que debatía el allanamien­to a su departamen­to en Recoleta, R leta y de paso le asestó un golpe a Miguel Pichetto, un enemigo acérrimo. El jefe del bloque del PJ sólo logró llevar ocho de sus veinte senadores al recinto. "El bloque está como lo ven, en un momento difícil", admiten cerca del estratega peronista. ¿Votarán un futuro desafuero, como pidió Bonadio? “Sólo si hay sentencia firme”. DIOS LOS CRÍA. En el entorno de Cristina juran que ella no quiere presentars­e como candidata el año que viene aunque, si la patria lo demanda, no tendría otra opción. “Prefiere disfrutar de sus nietos, es una señora grande”, aseguran cerca de ella. Sin embargo CFK viene sumando apoyos políticos: el lunes fue a Comodoro Py junto a Juan Grabois, líder social muy cercano al Papa con el que hoy ella tiene diálogo directo, y Eduardo Valdés, ex embajador K en el Vaticano Vatican y gran gestor del acercamien­to i to entre ent la ex presidenta y Hugo Moyano. La presencia de los vaticanist­as, junto al discurso que dio Cristina el día de la votación de la ley del aborto -donde pidió cuidar a la Iglesia-, sumadas al pésimo momento en la relación del Gobierno con la Santa Sede, alimentan la idea de que el Papa la sigue viendo con buenos ojos.

Además, CFK se volvió a juntar con Ricardo Pignanelli, de SMATA, Gabriel Mariotto, ex vicegobern­ador de Scioli, Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete, Héctor Dáer, de la CGT, Gerardo Zamora, gobernador de Santiago del Estero, Emilio Pérsico, del Evita, y De la Sota. Hay equipo: sólo falta que ella siga en libertad.

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FOTOS: EDUARDO LERKE Y CEDOC. HAY QUE SOSTENER. Desde La Cámpora organizaro­n “pintadas anónimas” bancando a la jefa.
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