Martín Larraburu.
La historia desconocida del otro funcionario que anotaba todo en sus cuadernos.
Biografía inédita del secretario de Abal Medina, imputado en la causa de los cuadernos. El contenido de los pen drive y el “bajón” del ex jefe de Gabinete K.
Hasta el primer día de agosto Hugo Martín Larraburu era un ignoto joven politólogo. Pocos lo conocían en su Bahía Blanca natal, de donde se había ido para estudiar a la UBA a sus 18 años, y dentro del Estado era sólo el secretario personal de Juan Manuel Abal Medina. Por eso a la hermana de Larraburu, la única de la familia que también vive en Capital, le costó asimilar la noticia que le contó el portero del edificio del asistente del ex jefe de Gabinete K, en la calle República Árabe Siria: Martín había sido detenido. Era cuestión de tiempo a que un medio mostrara, por primera vez, el rostro del otro hombre que, como el chofer Oscar Centeno, llevaba un registro detallados de los millones de dólares que veían pasar.
¿TRAGEDIA O FARSA? Larraburu estuvo detenido dos semanas en Ezeiza, en el módulo 6, donde están los otros funcionarios K. “Tilín” fue imputado como partícipe de una asociación ilícita luego de que Centeno lo mencionara en sus cuadernos como “Martín de Presidencia” que entre agosto y octubre del 2013 recibió, en 15 ocasiones, bolsos de dinero que iban desde los 170.000 dólares a 800.000. Según Centeno, una de esas transacciones, la del 5 de septiembre, fue con “el conocimiento de la Presidenta”. Larraburu, coordinador de la Unidad Técnica de la Jefatura, recibía el dinero para llevárselo a Abal Medina, a quien había conocido a principios de la década en la Facultad de Sociales.
Larraburu complicó su situación cuando le encontraron en su domicilio alrededor de tres pen drives, donde se detallaba la recaudación para la campaña del 2013, y donde aparecen mencionados “JdV”, Baratta, Juan Carlos Mazzón y Abal Medina como los encargados del dinero. Larraburu dice desconocer los orígenes de los aportes, aunque aceptó que “colaboró recibiendo los fondos en algunas ocasiones”. “No puedo precisar los montos ya que los recibí en bultos cerrados”, aseguró ante la Justicia, aunque no quiso declarar como arrepentido. A pesar de que en un primer momento el entorno de Larraburu masticaba bronca contra Abal Medina, luego de que este declarara a favor de la inocencia de su ex secretario –y luego de que lo excarcelaran el viernes 17– esa sensación bajó. En algo coinciden: ambos dicen estar “bajoneados”.