LA TRIUNFADORA
Para Carrió fue una jornada de pura alegría la del martes 11. Le habían anticipado la jugada, pero se mantuvo en estricto silencio hasta no conocer la noticia de que su principal enemigo, el juez de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, dejaba la presidencia después de once años. Apenas había dejado una pista: se fotografió haciéndose los rulos y su fiel compañera Berta Núñez lo subió a su Twitter. Le confirmaron que la acordada estaba firmada jus- to cuando se encontraba frente a las cámaras, pero decidió dar un mensaje escueto, aunque contundente: “Terminó la impunidad y la extorsión. Es un milagro, no sabía que iba a ocurrir”, mintió. Pero luego organizó un almuerzo junto a su equipo en el departamento de Juncal y Montevideo, que alquila para que viva su hija Victoria. Carrió había denunciado a Lorenzetti hacía pocos días por irregularidades en la Morgue Judicial. Apenas fue la última de las demandas que presentó contra el presidente de la Corte: antes lo denunció por enriquecimiento ilícito y desmanejos con el presupuesto judicial, lo que decantó en un pedido de juicio político. Ahora trabajan en la segunda ampliación de ese pedido, que se presentará en los próximos días. Lorenzetti también accionó judicialmente contra la diputada. En un hecho inédito, el presidente de la Corte envió cartas documento intimando a Carrió y a la jueza María Servini de Cubría. La guerra continúa.