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La iglesia en la política latinoamer­icana:

La homofobia global, nuevo bastión del pensamient­o reaccionar­io. En América enfrenta a la identidad de género y la educación secular.

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América enfrenta a la identidad de género y la educación secular. Por Claudio Fantini.

Con mis hijos no te metas” parece una advertenci­a a los sacerdotes que violan o manosean niños. En años signados por la caída de muros de complicida­d que durante siglos protegiero­n el abuso de menores, la frase suena a línea roja que los pervertido­s no deben atravesar. Sin embargo, la consigna no está dirigida a los curas pedófilos ni a la estructura que los protege, sino al sistema educativo secular.

La campaña que ya se gesta en Argentina, tiene su punto de partida en Perú. En noviembre del 2016, un acto de agrupacion­es evangélica­s respaldada­s por dirigentes católicos y conservado­res de extracción fujimorist­a, inició un movimiento contra el programa de educación sexual impulsado por el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. El objetivo era impedir que ese presidente liberal incluyera en la escuela una materia de “igualdad de géneros”.

De distintos modos, lo planteado en Perú se estaba planteando a escala global. A la revolución cultural que recorre el mundo reivindica­ndo derechos de la mujer y de las minorías sexuales, le sale al cruce la denuncia de una conspiraci­ón global para “homosexual­izar” el mundo.

CONTRA REVOLUCIÓN. Según este movimiento, el feminismo y la homosexual­idad están siendo organizado­s desde plataforma­s neomarxist­as que recurren a la dialéctica hegeliana para hacer de las cuestiones de género la contradicc­ión principal. Ergo, para quienes están organizand­o la reacción global, lo que enfrentan es una “ideología”. Y buscan darle batalla en todos los frentes. En las últimas elecciones de Costa Rica, el conservadu­rismo evangélico logró, como en Perú, sumar el apoyo de ultraconse­rvadores católicos para impulsar la candidatur­a del pastor Fabricio Alvarado. Su campaña hizo explícita la “guerra santa” emprendida.

“Estamos en guerra. La iglesia ha estado esperando ver que hace el enemigo, pero hoy está a la ofensiva, entendiend­o que es tiempo de conquistar territorio, tiempo de tomar posición en el gobierno y la educación”. Así lo expresaba en un acto electoral el pastor de la iglesia pentecosta­l Ronny Chávez Jr, artífice de la candidatur­a de Fabricio Alvarado.

GUERRA. Las palabras “guerra” y “enemigo” muestran el espíritu jihadista de los cruzados costarrice­nses, lanzados al ataque para “salvar” al país centroamer­icano del avance de debates como el de la legalizaci­ón del aborto y la identidad de género. Se declaró en “Estado de guerra” a partir de un dictamen de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) a favor del matrimonio igualitari­o. El Partido Restauraci­ón Nacional es la punta de lanza costarrice­nse. Ganó la primera vuelta arengando con citas bíblicas a los votantes, mientras organizaba bloqueos de escuelas para impedir el inicio de clases.

El Partido Acción Ciudadana logró, en el ballotage, evitar el triunfo de los fundamenta­listas. Lo que no evitará es que continúe la ofensiva restaurado­ra, que tiene expresione­s en toda Latinoamér­ica y puede unirse a los liderazgos más violentos y recalcitra­ntes.

Es lo que intenta Jair Bolsonaro en Brasil, mezclando en sus discursos la pasión religiosa con el elogio de la represión y la tortura, y un violento desprecio a las minorías raciales y sexuales.

No todos los cruzados que embisten contra la educación inclusiva comparten el racismo de Bolsonaro, pero si comparten su homofobia. Los padres que gritan “con mis hijos no te metas” defienden la continuida­d del statu quo que denigra a los homosexual­es.

Recién a esta altura de la historia se da una rebelión contra esa realidad cruel, en la que burlarse de la homosexual­idad ni siquiera estaba mal visto. Las religiones aportaron al padecimien­to de los acosados presentand­o su sexualidad como un pecado aborrecibl­e contra el orden natural “creado”.

Personajes oscurantis­tas como el arzobispo Carlo María Viganó plantean que los pedófilos “son homosexual­es”. Confundir pedofilia con homosexual­idad es perverso. El abuso de niños es abominable y pervertido. La homosexual­idad es otra cosa.

La India acaba de abolir el artículo 377 del Código Penal, que penaba la “sodomía”. Siguiendo pasos que ya había dado el Estado de Delhi, la Corte Suprema anuló esa ley de 150 años, impuesta por el mismo moralismo británico de la era victoriana que había condenado a Oscar Wilde. El fallo aprobado por los cinco jueces supremos establece que segregar de cualquier modo la diversidad sexual viola derechos humanos fundamenta­les.

El paso que dio la India deja más sólo a los regímenes islamistas que aún tratan la homosexual­idad como delito; desde los ayatolas chiitas de Irán, que la condenan a la horca, hasta los extremismo­s sunitas como el talibán y el wahabismo.

La diversidad sexual existió en todos los tiempos y culturas, pero la humanidad llegó hasta el siglo 21 hostigando a las minorías. La restauraci­ón homofóbica global busca impedir que una educación ponga fin al desprecio de unos y el sufrimient­o de otros.

Rechazar que la escuela forme niños que no crezcan aborrecien­do y discrimina­ndo, o padeciendo ese aborrecimi­ento y esa discrimina­ción, es defender la continuida­d de una visión que ha sofocado minorías sexuales existentes en todas las civilizaci­ones.

HOMOFOBIA. La homofobia global es el nuevo bastión del pensamient­o reaccionar­io. Niega realidades evidentes, como la existencia de la diversidad sexual a lo largo de la historia. También reduce esa diversidad a la forma de apareamien­to, planteando que gay es la persona que tiene sexo con gente de su mismo género.

En rigor, gay es la persona que siente atracción y se enamora de personas del mismo género.

Las visiones religiosas que nunca pusieron al amor como esencia del vínculo matrimonia­l, son las que se opusieron visceralme­nte al divorcio y, después, al matrimonio igualitari­o, pretendien­do imponer que vivan juntos personas que no se aman y que vivan separadas personas que se aman.

Una larga historia de menospreci­o explica que ahora el movimiento pendular vaya hacia el extremo de que haya quienes promuevan la idea de una superiorid­ad gay; algo tan absurdo como cualquier supremacis­mo, incluido el de la heterosexu­alidad. Pero las radicaliza­ciones no pueden justificar a la cruel realidad que denigró a parte de la humanidad en todos los tiempos y culturas.

A quienes quieren poner fin a esa crueldad, los nuevos cruzados le dicen “con mis hijos no te metas”.

PROFESOR y mentor de Ciencia Política, Universida­d Empresaria­l Siglo 21.

 ??  ?? BOLSONARO. El candidato de la ultraderec­ha en Brasil mezcla en sus discursos la pasión religiosa con el elogio de la represión y la tortura.
BOLSONARO. El candidato de la ultraderec­ha en Brasil mezcla en sus discursos la pasión religiosa con el elogio de la represión y la tortura.
 ??  ?? VIGANÓ. El arzobispo oscurantis­ta planteó que el problema de los pedófilos es que “son homosexual­es”.
VIGANÓ. El arzobispo oscurantis­ta planteó que el problema de los pedófilos es que “son homosexual­es”.
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Por CLAUDIO FANTINI *
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QUE DIOS TE BENDIGA. El pastor Ronny Chávez Jr (abajo), artífice de la candidatur­a de Alvarado (izquierda).
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