Clásica:
Recital del tenor Juan Diego Flórez, junto al pianista Vincenzo Scalera. Obras de Mozart, Donizetti, Verdi, Gounod, Massenet y Puccini. Teatro Colón.
Recital del tenor Juan Diego Flórez, junto al pianista Vincenzo Scalera.
Despuésde las grandes actuaciones de Anna Netrebko y Bryn Terfel, otro cantante excepcional regresó al Colón, a trece años de su debut en Buenos Aires. Estrella indiscutida del panorama operístico mundial, Juan Diego Flórez ganó renombre como intérprete del bel canto italiano. Pero, desde hace un tiempo, comenzó a ampliar su repertorio, orientándose hacia el romanticismo francés y sumando papeles líricos de Verdi. El programa de su presentación en el Colón fue una muestra de esos nuevos caminos que el tenor atraviesa en la actualidad.
El recorrido del recital, de Mozart a Puccini, mostró a Flórez en un momento de absoluta plenitud artística. Su voz, naturalmente liviana y de emisión impecable, conserva la potencia de los agudos y exhibe ahora un atractivo registro medio. En las arias de Donizetti, Flórez desplegó un canto virtuoso y fraseo sutil, mientras que en el repertorio francés sumó intensidad y pasión. Vincenzo Scalera lo acompañó con pericia y con una gran paleta de colores y recursos expresivos.
Tras el cierre formal del programa, podría decirse que comenzó otro concierto. Aclamado con fervor, Flórez cantó siete bises, incluyendo temas populares latinoamericanos en los que él mismo se acompañó con su guitarra. Pero el momento más sorprendente se produjo cuando el tenor, aquejado por una dolencia en un dedo, preguntó si alguien podía acompañarlo para interpretar “Volver”. Arturo Zeballos, destacado guitarrista que se encontraba en la platea, salió al rescate y subió al escenario para unirse con seguridad y espontaneidad al tenor. La despedida fue con “Nessun dorma”, un cierre vibrante para uno de los acontecimientos más notables de esta temporada.