EL QUE DICE LO QUE ELLA CALLA
Mientras María Eugenia Vidal acumulaba broncas pero cuidaba las formas, su ministro de Gobierno era el portavoz del enojo de la Provincia por el recorte del presupuesto para el 2019. El ex intendente massista Joaquín de Torre fue el encargado de hacer visible el reclamo: “Es un error político dejar a la Provincia con menos dinero”, le advirtió a Rogelio Frigerio. Y luego le apuntó a Nicolás Dujovne. Sólo las promesas de Macri para Vidal de un refuerzo de las partidas luego del cierre del presupuesto hicieron que la gobernadora le pidiera que baje la intensidad de sus críticas. Fue el principio de la tregua. "Él viene de otro palo. En Cambiemos no ventilamos los problemas, dialogamos y los resolvemos adentro”, se justificaron desde el gabinete bonaerense. Fue una forma de desligarse de los dichos del pejotista, que fueron muy funcionales a la causa vidalista.
Los justicialistas del Gobierno, bastardeados en los primeros años de gestión, tuvieron un alto protagonismo en el tiempo de crisis del oficialismo. Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, estuvo a punto de dar el salto a su partido original. Pero su actuación estelar en la media sanción del presupuesto lo revalorizó. Cambiemos resolvió sus últimos conflictos con una gran cuota de peronismo interno.