La moneda falsa de nuestros sueños:
"La teoría del contrato social es uno de los únicos idiomas en que ha sido posible hablar de la sociedad, y por desgracia es inadecuado", insiste el autor, prestigioso referente del anarquismo estadounidense formado en la Universidad de Chicago. Un repaso
“La teoría del contrato social es uno de los únicos idiomas en que ha sido posible hablar de la sociedad, y por desgracia es inadecuado”, insiste el autor, prestigioso referente del anarquismo estadounidense formado en la Universidad de Chicago. Un repaso por las teorías de Marx, Mauss y Hobbes. Por David Graeber.
La mayoría de los antropólogos del siglo xx no se consideraban comprometidos en un proyecto crítico en esencia; hasta pocas décadas atrás, casi ninguno lo hizo. desde los comienzos del siglo, la corriente principal de antropología ha tenido la tendencia a ser persistentemente relativista. entonces, donde los marxistas en general encuentran problemática a la magia por lo que, en apariencia, no distorsiona, la mayoría de los otros antropólogos la encuentra complicada porque, aparentemente, lo hace. relativizar la magia ha demostrado ser de notoria dificultad. para los evolucionistas era tan solo una colección de errores. para edward tylor o sir James frazer, eso era en esencia la magia: la categoría “magia” incluía todas aquellas técnicas que el observador pensaba que no podían funcionar. la tarea obvia para el relativista es, entonces, demostrar algún sentido en que las afirmaciones mágicas sean verdaderas. pero esto ha resultado ser harto dificultoso; en primer lugar, ha llevado a los analistas a minimizar una y otra vez lo que en otras circunstancias sería probablemente uno de los rasgos definitorios clave de la magia: el modo en que casi siempre está rodeada de un aire de engaño, teatralidad y escepticismo. la literatura antropológica sobre “magia” no es muy abundante en sí misma. consiste principalmente en dos monografías sustanciales: una de evans-pritchard (1937) y la otra de malinowski (1935); ambas escritas cuando los antropólogos aún sentían que valía la pena involucrarse en los viejos problemas evolucionistas. Ha habido muy pocas monografías desde entonces. el debate sobre el tema —por ejemplo, una gran parte del llamado “debate sobre la racionalidad” que surgió de la obra de evanspritchard, Brujería, magia y oráculos entre los azande— fue desarrollado mayoritariamente por filósofos y otros académicos no antropólogos. en la década de 1960 hubo un importante aumento del número de ensayos inspirados por los nuevos modelos lingüísticos, de los que el más importante fue el trabajo de Stanley tambiah (1968 y 1973), en especial la analogía que sugirió entre los hechizos mágicos y actos de habla performativos, que son afirmaciones (por ejemplo, “me disculpo”) que hacen algo solo por ser pronunciados. desde entonces, casi todos los trabajos antropológicos sobre magia han sido, en uno u otro sentido, una elaboración sobre tambiah. no es que haya muchos. de