Industrial de exportación

Quien recorra la lista de los argentinos más millonarios encontrará investigados por corrupción, evasión tributaria, prácticas oligopólicas o delitos ambientales o son hacedores de fortunas por cercanía a gobiernos de turno. Pero algunos están excluidos de esas sospechas. Luis Pagani, cordobés de 61 años, es uno de ellos. Dueño de Arcor, de las pocas compañías argentinas internacionalizadas, con 47 plantas en toda Latinoamérica, recibió este año el premio Konex de Brillante, como empresario de la década. La Fundación Konex destacó que ningún galardonado figuraba en los cuadernos.

Hijo de un fundador de esta empresa, Pagani tomó sus riendas hace 25 años y la convirtió en la primera productora mundial de caramelos duros y líder latinoamericana en galletas, snacks y cereales. Poseedor de la 25º mayor fortuna de la Argentina, se recibió de contador en la Universidad Nacional de Córdoba y estudió marketing en la New York University. Dice que su modelo es el japonés: copiar los productos de la competencia y mejorarlos. Su grupo controla Bagley, La Campagnola y La Serenísima.

Emplea a 21.000 personas. Casi uno de cada diez dólares que facturó, en 2017, provino de la exportación a 120 países. Pero 2018 también fue un año difícil para Pagani. Se enfrentó con el Gobierno por la invasión de latas de tomate importadas. La depreciación del peso le provocó pérdidas contables, no operativas, por 6.200 millones de pesos en los primeros nueve meses del año. Moderado en sus expresiones públicas, no dejó de advertir sobre la falta de plan económico. Sigue sosteniéndolo. Dedicó la distinción de NOTICIAS a los de su “raza”, los industriales.

*Editor de Economía de NOTICIAS.