El Director Rebelde
Gustavo Twardy dirige y compone en la Orquesta Capella Peregrina, donde se fusionan instrumentos clásicos con otros no convencionales. Tras una gira por Estados Unidos, se presenta en Buenos Aires, pero Nueva York está en su hoja de ruta. La búsqueda del público joven lo obsesiona.
N
o viene de una familia de músicos. Durante su niñez, sus padres le compraron un teclado y casi como un juego, Gustavo Twardy inició su carrera, la que lo llevaría a recibirse como Director de Orquesta en el Conservatorio Manuel de Falla, a formarse como pianista con Fernanda Morello, y a estudiar composición, análisis y armonía. Luego integró la lista de jóvenes directores que participaron en el seminario de Dirección Orquestal “Sinfonías de Beethoven” en el Teatro Colón. En 2010 fue asistente de dirección en la “Orquesta Sinfónica Ciudad de Buenos Aires” y del “Coro y Orquesta de la UBA”; y como director invitado, ha dirigido la “Orquesta Juvenil Municipal de General San Martín” y la “Orquesta Sinfónica Ciudad de Buenos Aires”. También fue becado por el Fondo Nacional de las Artes.
Además de lo estrictamente musical, también se despertaron otros intereses que alimentarían a su profesión. Hace siete años realizó una travesía en moto desde Buenos Aires hasta Machu Picchu que duró cerca de un mes. El contacto con otras culturas, costumbres y sonidos han sido una influencia para su profesión. Al concluir esa experiencia, inició el proyecto más importante: la orquesta Capella Peregrina. Una propuesta particular ya que en ella se fusionan instrumentos clásicos, como saxo y quinteto de cuerdas, con otros poco convencionales. “Nos dan una sonoridad diferente. Usamos un didjeridoo, que es un instrumento ancestral de los indígenas australianos, o cuencos de cuarzo, que son como vasijas de vidrio y que tienen una resonancia particular, parecido al que dan las copas de cristal, pero con otras características”, explica el músico.
La identidad musical que caracteriza a Capella Peregrina es ensamblada por varios géneros. Gracias a esta virtud musical, la orquesta fue declarada de interés cultural por la Ciudad de Buenos Aires.
A la hora de pensar en referentes, hay uno que le llama la atención: Astor Piazzolla. En su época, el creador de “Libertango” era cuestionado por la fusión del jazz, ritmos progresivos y tango, lo que lo llevó a fuertes debates con referentes del tango y a difundir su obra en tierras lejanas. En Capella Peregrina la búsqueda apunta a romper esos esquemas, pero en las orquestas clásicas: “Intentamos buscar un público joven con la incorporación de lectura de poemas, danzas, actuación y queremos experimentar con visuales. Ese tipo de propuestas no suelen ser aceptadas. Tampoco es común que músicos profesionales de orquesta se dediquen a aprender técnicas con instrumentos no convencionales. Logramos formar un gran grupo humano”. Una muestra de estos trabajos se puede apreciar en su canal de YouTube, con la interpretación del mantra Om Namah Shivaya.
DE EXPORTACIÓN
“Tarda en llegar y al final hay recompensa”, cantaba Gustavo Cerati, y Capella Peregrina parece haberla conseguido el año pasado cuando logró realizar su primera gira por Estados Unidos, la cual incluyó una seguidilla de tres conciertos. El primero fue en la Embajada Argentina, en Washington DC; el segundo en el consulado de Nueva York y el tercero en la prestigioso sala The Di Menna Center for Classical Music, también en la Gran Manzana. Además, Twardy volvió con proyectos de Estados Unidos. Si todo sigue en marcha, Gustavo Twardy volverá el año que viene al país del norte a presentar una obra: “Estamos en la etapa inicial, pero podemos decir que estoy trabajando con el escritor radicado en Nueva York, Sebastián Peralt, para el musical 'The Barbers'”, que podría tener cartel en la legendaria ciudad neoyorquina, pero aún está en pleno desarrollo.
Mostrarse fuera del país y recibir ovaciones de pie lo han impactado y, según sus palabras, le permitió comprobar en carne propia la “universalidad de la música”: “Recuerdo cuando vino una mujer, con quien no teníamos ninguna relación cultural y ni siquiera hablábamos el mismo idioma, y me dijo que le conmovió la obra y que le trajo recuerdos. Fue algo muy emocionante. Creo que la música es un canal de comunicación de sentimientos y de conexión con algo más espiritual. Genera vibraciones dentro de uno, más allá de que pertenezcamos a culturas tan diferentes”.
PLANES EN EL CORTO PLAZO
Tras la presentación de Capella Peregrina en Café Vinilo con “Música para una primera cita”, planea grabar un disco en julio con lo mejor de estos fructíferos años de trayectoria.