Belleza sin tóxicos: la cosmética vegana y ecofriendly crece día a día. Cualidades y defectos de un estilo de cuidados que tiene fanáticos. Los productos básicos.
La cosmética vegana y ecofriendly crece día a día. Cualidades y defectos de un estilo de cuidados que tiene fanáticos. Los productos básicos.
La industria del cuidado personal es una de las más contaminantes. Por los envases, por la composición de los productos, por la forma en que se testean y elaboran cremas, jabones y champúes. Tal vez por eso es uno de los rubros que más transformaciones ha experimentado en los últimos tiempos. Y cada vez son más los emprendedores que tratan de cambiar la historia, bregando por una belleza más natural y sustentable. ¿Qué significa y qué beneficios tiene una cosmética “consciente”?
CONSUMIDORES VERDES. Para Paula Blanco, de La Botica Eco, la iniciativa de crear
productos sustentables nació a partir de un problema personal: su hija de 5 años tenía un desarrollo precoz a raíz de los cosméticos de uso diario. “No teníamos idea del impacto que pueden generar los productos que usamos. Así que apoyada en mis conocimientos de bioquímica, empecé a fabricar en casa lo básico para la higiene familiar”, relata. Cuando el crecimiento precoz dejó de ser un tema, estos cambios ya habían sido adoptados como lo normal y el camino natural fue la creación del emprendimiento. Reconocidos especialmente por su shampoo sólido, que propone eliminar la “sopa química” que
ponemos en nuestro pelo, ofrecen un producto libre de conservantes, antioxidantes, detergentes, parabenos, siliconas o cualquier otro aditivo sintético.
El nacimiento de la marca de cosméticos naturales Haikai se produjo cuando Juan (publicista) y Yanina (bioquímica) decidieron combinar sus profesiones a partir de pensar qué sustancias querían evitar en su higiene diaria. Y como en el caso de Paula, lo que empezaron a fabricar para ellos y su entorno pronto demostró sus efectos positivos y tuvo potencial de negocio. Se plantearon desde el inicio no dejar que la masividad afectara la identidad artesanal de sus productos y sus valores, en los que sobre todo es importante la relación directa con los consumidores. “Nuestros clientes se cuestionan, nos preguntan y dan devoluciones. La relación es mucho más estrecha, porque saben que del otro lado hay alguien para responderles y aconsejarlos sobre el mejor producto”, relata el matrimonio. De hecho, en Haikai esas dudas suelen ser respondidas por la persona que elabora los cosméticos.
A su vez, los consumidores son cada vez más conscientes. Desde preguntas generales a datos específicos, el feedback da la pauta de un interés por un consumo responsable. “Hay mucha información acerca de la toxicidad de los componentes utilizados en la industria cosmética, y también hay más consciencia. Hoy hay una gran necesidad de consumir cosas reales, que nos acerquen a la naturaleza y a nuestra propia esencia”, opina Magdalena Ávalos, directora de María Magdalena, un emprendimiento de cosmética natural certificada que surgió cuando tras un retiro de ayuno se planteó por qué se pondría en la piel algo que nunca comería. Hoy ofrece óleos corporales, un perfume natural, un sérum facial nocturno y diurno y una crema liviana, todos de materias primas saludables y biodegradables.
ADIÓS AL PLÁSTICO.
La otra gran pata de esta movida es la búsqueda de generar menos desechos, especialmente plásticos. Dada la gravedad de la problemática, incluso las marcas más grandes han tomado nota. Weleda, empresa suiza con casi 100 años de trayectoria en la búsqueda de una cosmética sustentable, acaba de lanzar una línea capilar que busca ser natural y ecológica en todas sus aristas. Hecha a base de aceites esenciales y sin químicos añadidos, también tiene envases de materiales reciclables y fórmulas biodegradables. “Elegir estos fitochampúes y fitoacondicionadores supone un proceso detox de los petroquímicos, parabenos y detergentes presentes en la mayoría de los productos convencionales, que se acumulan en el cuero cabelludo pero además desembocan en nuestros océanos”, apunta Isabel Escalante, responsable de marketing de la empresa.
En MIES, un emprendimiento de cosmética “gourmet”, se enorgullecen de no hacer “envases pomposos que únicamente encarecen