Desenterrar el futuro
Fue una coincidencia encia cargada de simbolismo. El miércoles ié l 12, mientras la opinión pública se entretenía con las últimas jugarretas politiqueras previas al cierre de inscripción de coaliciones electorales, el precoloquio de IDEA se daba cita en Vaca Muerta, para discutir sobre el futuro posible -no fácil, pero factible- de una Argentina distinta. Con buenos reflejos, el Presidente y su flamante compañero de fórmula decidieron presentarse en sociedad en el encuentro de Neuquén, al tiempo que los mercados internacionales le daban una señal de alivio a las finanzas nacionales.
Desde que se conoció el potencial del yacimiento de energía no convencional patagónico -uno de los mayores del mundo en su género-, se abrió un abanico de fantasías de salvación nacional que no ayudó a planificar ningún aprovechamiento consensuado por parte de las fuerzas políticas. Por suerte, hubo excepciones, y las inversiones
más la puesta en marcha de proyectos de explotación empezaron a dar los primeros frutos. Pero queda todavía un largo camino por recorrer, aunque el tiempo disponible, por las características del recurso energético, no es tanto. Hay que apurarse.
Por eso es notable que la campaña electoral se esté malgastando en un juego de la silla por candidaturas, en lugar de instalar la convicción colectiva de que hace falta un nuevo modelo de país. Vaca Muerta no es la solución mágica a nada, pero sí puede ser el punto de partida para retomar el camino del crecimiento sustentable en el tiempo. Por eso NOTICIAS le dedica la sección Economía y Empresas a los desafíos y oportunidades que yacen bajo nuestros pies.