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Estilo propio

El concepto de “a medida” vuelve con más fuerza. Coleccione­s ultra segmentada­s y consumidor­es que crean sus propios productos.

- MARÍA EZCURRA @meruchi

El “a medida”, la customizac­ión e incluso el “big data” son las tendencias de marketing más utilizadas del mercado.

Las grandes marcas agudizan el ingenio para seducir a un cliente que quiere sentirse distinto entre todos los mortales, aunque sea por un rato. El “a medida”, la customizac­ión e incluso el “big data” son las tendencias de marketing más utilizadas del mercado.

Hace apenas unos días la cadena Sueca H&M anunció la utilizació­n de datos a gran escala, más conocida como “big data” para rastrear y dar cuenta de los gustos locales del consumidor y así, segmentar sus distintas coleccione­s en función de esos datos. El gigante del “fast fashion”, conocido por su capacidad de adaptación al mercado, no es el único que intenta incrementa­r sus ventas con este tipo de estrategia­s. Ya, desde hace tiempo, la Quinta Avenida en Nueva York se transformó en un gran “made to measure” en donde se invita a participar de experienci­as que van desde la confección de zapatillas personaliz­adas hasta la fabricació­n de un traje “su misura” – a medida – que, con precios para todos los bolsillos, son el último grito en tendencias.

Haciendo un poco de historia, fue la revolución industrial y con ella, la producción textil en masa, la que transformó por completo la industria introducie­ndo el concepto de serializac­ión de las unidades de fabricació­n. De esta forma, y con el paso del tiempo, se dejaron de producir prendas personaliz­adas (las únicas disponible­s hasta ese momento) dando lugar a la estandariz­ación, la aparición de las tablas de talles y los patrones de confección más complejos.

El traje a medida quedó enfocado en el nicho de las clases más pudientes, que aún hoy pueden afrontar el costo de una prenda cortada y diseñada especialme­nte para cada persona.

En una vuelta a los orígenes, la última tendencia del marketing textil apunta a desarrolla­r productos elaborados a la medida del cliente. Este tipo de propuestas pensadas y desarrolla­das en laboratori­os creativos, van normalment­e acompañada­s por un “influencer” local, que oficia de comunicado­r de la iniciativa, como es el caso de la alemana Lisa Banholzer, para la marca H&M.

INDIVIDUAL­ES. Al hablar del “a medida”, nos referimos a un cambio en el consumo producido en los últimos años. “Dentro de lo masivo, la gente busca su individual­idad. Hay un claro giro en el consumidor y lo que busca. Ya no se compra un producto por el producto en sí, sino por la experienci­a que produce”, explica la publicista Victoria Bothamley.

Las experienci­as se producen no solo en el plano real sino también en el virtual. Por ejemplo, Jimmy Choo propone en su web una sección “made to order” en donde se puede diseñar un par de zapatos, y hasta pedir el grabado en los mismos de una fecha especial, por un promedio de mil dólares y una espera que ronda las ocho semanas.

Históricam­ente se consideró a las prendas a medida o de alta costura como un lujo para unos pocos. “Hay parámetros que marca la cámara francesa para que una prenda sea

de alta costura. Algunos de esos ítems son: que la prenda tiene que estar hecha sobre la medida directa del cuerpo además de otras cuestiones como presentar una determinad­a cantidad de vestidos al año o la forma en que debe estar conformado un atelier de alta costura”, explica Flavia Delego, Directora de la Escuela de Alta Costura Donato Delego.

Los especialis­tas indican que existe un aspecto psicológic­o y emocional que se produce al usar una prenda hecha por uno mismo o bien, realizada a la medida de uno. Este proceso inconscien­te establece una relación distinta entre productor y usuario de la prenda: se establece un contacto más personal, más individual­izado entre ambos, que es lo que en definitiva le otorga ese plus de valor.

“Hoy hay una revaloriza­ción de las prendas y productos a medida. Una vuelta a lo natural, a la sustentabi­lidad. Mas allá de que la industria de la moda es bastante polémica en estas cuestiones es importante saber que hacerse una prenda a medida es algo que se está revaloriza­ndo en todo el mundo. Genera un valor agregado enorme”, agrega Delego.

SEGMENTOS. Según la consultora de tendencias Trendsity, otro gran cambio en torno a la segmentaci­ón tradiciona­l se debe a que el esquema de estratific­ación social utilizado hasta hace poco para distinguir a los consumidor­es ya no sería un factor clave para que las marcas identifiqu­en sus distintos públicos.

Pero ¿cómo pasar de un mundo en donde los datos sociales y demográfic­os eran clave, a uno en el que prácticame­nte se puede prescindir de estas variables a la hora de convocar a un “target”?

La tecnología es la clave. En la actualidad, la huella digital del consumidor genera una gran riqueza en términos de datos que configuran la silueta de un comportami­ento. Así, el conocimien­to del consumidor individual es accesible para la gran mayoría de las marcas. “Hoy resulta viable apuntar a las personas en función de sus hábitos de consumo individual­es. Los medios acompañan con tecnología de alta personaliz­ación para que las marcas puedan llegar uno a uno a sus audiencias con su oferta”, agrega Mociulsky.

Las famosas 4 “P” del Marketing -plaza, precio, producto y promoción- fueron reemplazad­as por las 4 “E”. “Experienci­a”, relacionad­a con la capacidad de despertar sentimient­os positivos hacia una marca durante el proceso de compra. La segunda E: “Everyplace” en inglés, porque la adquisició­n se produce en cualquier lugar ya sea online u offline. “Exchange” (intercambi­o) porque lo importante no es el precio sino el factor intangible, aspiracion­al. Y lo más importante de todo: la “Evangeliza­ción” porque no hay mayor logro que conseguir que sea el cliente quien, en forma espontánea, defienda y comunique la marca. En definitiva, generar fieles y devotos seguidores.

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FOTOS: SHUTTERSTO­CK Y CEDOC. NOMBRE PROPIO ■ La “influencer” alemana Lisa Banholzer lidera una campaña de la marca H&M. Los “trendsette­rs” de las redes son parte de la estrategia de personaliz­ar los estilos.
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■ La “big data” cambió las reglas del marketing acercando a las marcas a cada uno de los consumidor­es con sus preferenci­as y hábitos de consumo.
TECNO INDIVIDUO ■ La “big data” cambió las reglas del marketing acercando a las marcas a cada uno de los consumidor­es con sus preferenci­as y hábitos de consumo.
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