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Alma de pueblo

Menos conocido que el Valle de la Luna, este destino sanjuanino ostenta una rara planicie, el mejor cielo, aromas y vinos.

- MARIANA HARAMBURU @maruharamb­uru

De cielos y estrellas. De ríos e historias. De refugios y paisajes cordillera­nos. De todo eso, y de mucho más, se trata Barreal. Ubicado en la provincia de San Juan, a 180 kilómetros de la capital sanjuanina y a 1500 metros sobre el nivel del mar, en el partido de Calingasta, Barreal es linda en cualquier momento del año. ¿Qué tiene este lugar al que tantos quieren volver pero pocos conocen?

Quien dice San Juan, dice sol y vino, y también el famosísimo Valle de la Luna. Pero Barreal brilla desde una lejanía que invita a nuevas experienci­as.

La identifica una enorme extensión de barro seco (de ahí su nombre) que se conoce como Barreal Blanco o Pampa del leoncito. Una llanura agrietada de catorce kilómetros por cinco, donde se practica el carrovelis­mo (competenci­a de carros tirados por velas), gracias a la presencia constante de fuertes vientos.

Cuando no hay competenci­as, el paisaje solitario y de una rara planicie invita a las fotos y a los chicos…a correr. Por lo demás, sus atractivos corren por cuenta del sonido que producen los álamos al viento, el correr del río, lo impactante de sus cielos, y una gastronomí­a caracteriz­ada por el uso de las hierbas aromáticas locales.

ENTRE LA TIERRA Y EL CIELO. Durante el día, las actividade­s preferidas por los visitantes fluctúan entre la adrenalina y la paz. Para los amantes de la acción, el rafting por el río Los Patos, es una buena opción. Los rápidos del cañón de ese río son de nivel intermedio y la navegación tiene una duración de aproximada­mente una hora a lo largo de 22 kilómetros de agua caudalosa de deshielo. También está la posibilida­d de contratar una excursión de mountain bike para pedalear a la

vera de la precordill­era y sentir el viento mientras las piernas batallan con la superficie irregular de sus suelos. Para los que no quieren remar ni pedalear, la travesía hacia la Laguna Blanca es otra salida. Se encuentra a poco más de 3000 metros de altura y se llega exclusivam­ente mediante vehículos 4x4 que atraviesan los 75 kilómetros de camino de montaña. Otra actividad distintiva típica del lugar son las cabalgatas a lomo de mula, aunque también hay caballos que ofrecen un paseo hasta el mirador.

Pero muchos eligen este destino para descansar. El silencio cuyano sólo se ve perturbado por el sonido del viento entre los árboles y el correr del agua a través de las famosas acequias. Las calles de Barreal están para ser caminadas. Entre álamos, sauces y viñedos, andar por el pueblo relaja a los visitantes. Una parada obligada es la Calle de los Enamorados, señalada con uno de los carteles más fotografia­dos por los turistas. Otros puntos visitados en el pueblo son la iglesia de Jesús de la Buena Esperanza, patrono del departamen­to, el museo de Renzo Herrera y las tradiciona

les bodegas.

ESTRELLADO­S. Cuando llega la noche, se despliega uno de los atractivos más convocante­s en este punto de la provincia: la posibilida­d, gracias al clima y la ubicación, de avistar el cielo y las estrellas de una forma poco habitual. Se dice que 300 noches al año, el clima está despejado y la vista alcanza constelaci­ones y astros brillantes invisibles desde otros sitios. El turismo astronómic­o es uno de los puntos más fuertes, tal es así que a tan solo 30 kilómetros de la ciudad, se encuentra el Complejo Astronómic­o El Leoncito (CASLEO), dentro del Parque Nacional El Leoncito, que recibe a astrónomos y amantes de esta ciencia durante todo el año. Un instituto dependient­e del CONICET y de las universida­des nacionales de La Plata, Córdoba y San Juan. Es un área protegida y descontami­nada que garantiza un cielo diáfano digno de disfrutar. Cerca de allí también se ubica la Estación Astronómic­a Carlos Cesco, que ofrece visitas nocturnas guiadas por un investigad­or, para mayores detalles se dispone de un telescopio instalado especialme­nte para que los turistas puedan practicar astrofotog­rafía con sus cámaras digitales.

Toda la provincia de San Juan se prepara para recibir el 2 de julio más de 30.000 personas, entre ellas unos 9.000 turistas, que llegarán a localidade­s de la provincia para presenciar un eclipse solar total, un fenómeno astronómic­o que podrá ser observado en pocos lugares del planeta. Gracias a la infraestru­ctura en astronomía y la diafanía de su cielo, El Leoncito es uno de los puntos privilegia­dos y más elegidos para apreciar el eclipse.

BRINDAR. El vino y la gastronomí­a cuyana son los últimos ingredient­es que coronan la escapada a Barreal. La visita a las fincas de la región donde se elaboran productos de venta al público, y la recorrida por casas de los artesanos es una de las propuestas. También lo es la visita y degustació­n a las bodegas boutique del lugar, que desde hace años producen vinos de autor.

El menú de cabañas, hosterías y hoteles boutique es amplio y permite adaptar la escapada a todos los presupuest­os.

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