LA IDEALIZACIÓN
La consideración de una persona como un modelo de perfección ideal, que no se corresponde con la realidad, es aquello que denominamos “idealización”. Resulta un proceso absolutamente necesario, sobre todo para las personas de baja autoestima, tendiente a defender a capa y espada a aquella persona que desean elegir (en este caso, votar). Desde la instalación del par de opuestos político conformado por Mauricio Macri y Cristina Kirchner -con sus asociados, sucesores, mutaciones y derivados- gran parte de la población se ha ido sumergiendo en esta horrorizante disputa. Al engancharse en ella, la minoría logra una mirada fría, racional y objetiva de los disputantes. La mayor parte se monta en el proceso de argumentación cínica y mirada parcial donde los buenos son muy buenos y los malos son muy malos. A esta altura de la humanidad ni los guionistas de comics crean personajes tan blancos ni tan negros. A medida que se acerca el calendario electoral, el proceso se profundiza hacia la necesidad de defender lo que cada uno va a votar. Hasta el paroxismo si resulta necesario. En el momento del cambio de gobierno entre una parte y la otra de los opuestos, el Ranking de Honestos comenzó a hacer síntoma del proceso. Hasta el año 2015 los primeros puestos eran ocupados por personas como Belgrano, Illia, el Papa Francisco, Favaloro o Teresa de Calcuta. Cuando la grieta terminó de asaltar el raciocinio argentino, aquellos que disputan poder se colaron entre los primeros puestos. Carrió, Vidal, Macri, Cristina Kirchner, Kicillof y Alberto Fernandez están entre los primeros. Que cada cual saque sus propias conclusiones.