Al borde del infarto
El Tigre Verón. Miniserie. Miércoles a las 22.45 por El Trece, sábados 23 por TNT y completa en Cablevisión Flow. Con Julio Chávez y elenco. Dir.: Daniel Barone.
Ajuzgar por las desventuras que atraviesa “El Tigre Verón”, conviene más que un trabajador continúe en su puesto la lucha cotidiana a que integre el Olimpo de sindicalistas codeados con empresarios. En la nueva ficción de El Trece, producida por Polka, Miguel Verón (el siempre destacable Julio Chávez), dirigente del gremio de la carne, lidia no sólo con problemas del circuito laboral, incluida la aparición de una lista opositora, sino también, con múltiples inconvenientes que surgen del entorno familiar disfuncional. Aquí
radica el principal problema de los guiones de Germán Maggiori y Marcos Osorio Vidal: la excesiva exposición del protagonista, obligado a solucionar todo lo que se le cruza en el camino. Asimismo, incontables acciones se disipan con diálogos que explican el frondoso pasado, efecto que demora el avance de la historia. “El Tigre”, casado con Marina (Andrea Pietra), tiene tres hijos de su matrimonio previo con Fátima (Alejandra Flechner): Fabito (el convincente Marco Antonio Caponi), muchacho con adicciones cuyo lenguaje es la violencia y maneja una actividad paralela ilegal; Justina (la solvente Sofía Gala Castiglione), joven devota de su padre que se ve envuelta en una trampa y cae tras las rejas; y Juan Domingo (Esteban Masturini), el menor, alejado del ambiente de su progenitor y (algo ya insoslayable en casi todas las ficciones actuales) vive una sexualidad diferente que genera desconcierto en la mente del patriarca. Como en cualquier parábola, al mal se le opone el bien, y así lo entiende la implacable fiscal Lorena Raimundi (una exacta Muriel Santa Ana), que persigue día y noche a Verón y su ecosistema, como si se tratara de la reencarnación del mismísimo inspector Javert en “Los miserables” de Víctor Hugo, al buscar pruebas que lleven al poderoso hombre hasta el fondo de una mazmorra. Por supuesto la trama incluye otros personajes como Antonio “El Chaqueño” Morán (un estupendo Manuel Callau), dueño de un frigorífico y eterno enemigo de la asociación de trabajadores a la que pretende fragmentar en beneficio propio; o Marcos “El Tano” Di Cesare (Diego Cremonesi), alguien que recuerda al dios mitológico Jano. La factura técnica de la miniserie de doce capítulos, en especial durante escenas de acción, sólo merece elogios y remite a los acostumbrados niveles de calidad que suele ostentar Polka. Eso sí, dentro de un elenco que asume sus interpretaciones con entrega y convicción, la continua apelación al enojo, la ira y los exabruptos pautados para su criatura, hacen que se tema por la salud coronaria de Chávez.