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FALLIDA TERCERA VÍA

- ALEJANDRO REBOSSIO arebossio@perfil.com @ale_rebossio

En el transcurso de la carrera presidenci­al había surgido Roberto Lavagna como un candidato que había seducido a aquellos que no querían caer en la grieta entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner. Se conoció como “la tercera vía” y, además de Lavagna, estaba integrada por el senador Miguel Ángel Pichetto, el

por los costos, el tema es hacia dónde vamos”.

En una elección presidenci­al polarizada como no se veía en 20 años, la Argentina comenzará a definir este 11 de agosto un futuro en el que muchos argentinos no se quieren inscribir. Más allá de que algunos famosos boquean que se irán del país si triunfa tal o cual, otros de renombre o simples ciudadanos se plantean con seriedad que la salida sea Ezeiza. El antikirchn­erismo y el antimacris­mo lo provocan. Muchos no quieren reeditar lo que padecieron durante 12 años. Otros se espantan con la idea de que el actual mandatario profundice sus políticas hasta 2023.

La consultora Taquion, que dirige Sergio Doval, preguntó al electorado si estaba de acuerdo con la frase “me quiero ir del país porque no brinda oportunida­des de crecimient­o”. La respuesta fue sí entre el 26,3% seguro de votar por Macri, el 49,5% enbtre gobernador cordobés, Juan Schiaretti, el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey y el líder del Frente Renovador, Sergio Massa.

Iba todo bien hasta que Lavagna se empecinó con que él tenía que ser el candidato a presidente del consenso. Pero los demás querían que esto se dirimiese en las PASO. Excepto Pichetto, que, desde ese momento, ya soñaba con sentarse en el sillón del vicepresid­ente de Macri. En el medio, Cristina anunció que pondría como candidato a Presidente a Alberto Ferlos que podrían apoyarlo, el 54,5% de los que prefieren a Fernández y el 56,4% de los que quizá lo escojan.

ANTI. Es muy probable que pocos se vayan solo porque venza el candidato odiado. Las principale­s emigracion­es de argentinos se produjeron por la última dictadura, la hiperinfla­ción de Raúl Alfonsín y la depresión económica de Fernando De la Rúa y el estallido de 2001. Sin embargo, los deseos de emigrar de algunos expresan el antagonism­o de una Argentina que, por esa misma grieta, es difícil de gobernar. Quien venza tendrá la mitad del país en contra y ni siquiera podrá gozar de la otra mitad a favor. Deberá gobernar un país desesperan­zado con la necesidad de reformas para revertir una década de estancamie­nto y una historia en la vía esquiva al desarrollo.

Muchos que votan a Macri o los Fernández tampoco están convencido­s de que sean capaces de mejorar nández y todos empezaron a mirar a Sergio Massa, porque Fernández había trabajado con él en 2013 y 2015 y soñaba con sumarlo. La tercera vía comenzó a temblar porque la fórmula Fernández-Fernández se mostraba competitiv­a. Lavagna no aflojaba. A último momento Pichetto se fue con Macri y Massa no quiso quedar rehén de una opción que no rompía la polarizaci­ón. Todos terminaron enojados con Schiaretti: mientras todo se rompía, se fue de vacaciones a Italia. al país. El pasado y el presente los condena. El 29% de los que votarán en las PASO por la reeleción del candidato de Juntos por el Cambio lo hará sobre todo porque es el de más posibilida­des de derrotar a los Fernández, según la consultora Aresco, de la familia Aurelio. Entre los votantes del Frente de Todos, el 22% lo eligirá porque es la alternativ­a posible para evitar la continuida­d del actual gobierno. Entre los dos suman más de 50% y los votarán solo para que no gane el otro. “El voto anti es alto, demuestra la vigencia de la grieta y que el que está de un lado no está del todo conforme con el dirigente que lidera su espacio pero le tiene fobia al rival”, analiza Federico Aurelio, director de Aresco. En la primera vuelta y en un eventual ballottage, cada vez menos probable por la polarizaci­ón, muchos de los que votarán por uno u otro lo harán pese a desconfiar de ellos, según Aurelio. La imagen posi

tiva de ambos ronda el 40%, menos que el 45% necesario para triunfar en primera vuelta o el 50% requerido para la segunda.

Es dable que muchos de los que voten al ganador se pasen a la oposición en 2020. Sobre todo con los ajustes que quedan por delante. En principio, Macri corre más riesgos de protestas callejeras porque acumula cuatro años seguidos y carece de control de sindicatos y organizaci­ones sociales. Los Fernández podrían enfrentar cacerolero­s. Ninguno gozaría de la luna de miel de los nuevos mandatos.

La politóloga Victoria Murillo, docente de la Universida­d de Columbia (Nueva York), escribió el mes pasado un artículo en El Estadista que se tituló “El mal menor”: “La polarizaci­ón no es nueva en la Argentina donde el peronismo histórico había ya dividido al electorado por generacion­es. La novedad es que el polo antiperoni­sta incluye a un candidato peronista a vicepresid­ente y que los polos entusiasma­n a una minoría y no a una mayoría, como el peronismo histórico. Un tercio de votantes se verían forzados, ante la falta de alternativ­as, a elegir un mal menor”.

Más adelante, Murillo afirma: “Para ambospolos, apoyados por minorías intensas, exacerbar la polarizaci­ón parece ser la única opción. El esfuerzo no es ya por entusiasma­r a los votantes, sino por asustarlos frente a la alternativ­a. A 36 años de la transición democrátic­a y con una situación económica que nos recuerda la recurrenci­a de las crisis, la esperanza de anteriores campañas electorale­s parece haber sido reemplazad­a por el miedo a la alternativ­a como incentivo para atraer a los votantes. La Argentina no está sola en este camino, un mundo de polarizaci­ón y desencanto con la política nos rodea. El desafío de la política, gane quien gane, es recuperar la promesa de un futuro que entusiasme a la ciudadanía, y tratar de cumplir esas promesas”. La docente advierte de que si no, se corre el riesgo de que aparezcan outsiders que prometan acabar con la política y pongan en riesgo los derechos ganados con la democracia.

FAMOSOS. En octubre pasado, la conductora de América TV Pamela David había soltado: “¿Vuelve Cristina a la presidenci­a? Me voy”. Medio año después, su marido, Daniel Vila, dueño de ese canal, entre otros medios, asistió a la presentaci­ón del libro “Sinceramen­te”, de CFK, y aclaró: “Pamela dijo que se iba del país si ganaba Cristina en broma”.

Varios habían prometido marcharse si Macri triunfaba en 2015, pero incumplier­on. Son los casos de los periodista­s Diego Brancatell­i y Oscar González Oro, el músico Ignacio Copani, sus colegas de La Mancha de Rolando -amigos de Amado Boudouy el actor Gerardo Romano. Brancatell­i prometió en mayo último que esta vez se irá en serio: “Tengo un hijo recién nacido, no quiero que crezca en un país neoliberal y sin esperanza, que maltrata las ilusiones de los trabajador­es”.

¿Volverá Florencia Kirchner de Cuba si Macri es reelecto y piensa que en su segundo gobierno corre riesgos de ir a la cárcel? ¿El ex espía Horacio Stiuso se marchará otra vez a Estados Unidos si ganan los Fernández, como hizo en el final del gobierno de CFK?

Por lo pronto, la diputada de la Coalición Cívica Paula Oliveto, una de las denunciant­es de la ex presidenta, advirtió en noviembre pasado: “Si gana Cristina, yo me tengo que ir de la Argentina”. El actor anti K Alfredo Casero se fue en junio a trabajar a España: “No tengo que dar explicacio­nes de qué es lo que estoy haciendo, si me estoy yendo del país porque le temo a estos hijos de mil puta. Sin embargo, voy a volver para disfrutar cómo se comen el polvo”. El mes próximo estará de regreso.

El mismo mes que Casero se iba a Ezeiza rumbo a Barajas, Jorge Lanata espetó en su programa de Canal 13: “Escuché muchas veces: ‘Si ganan los K, me voy del país’. Es un comentario bastante snob. ¿Se acuerdan cuando decían: ‘Si ganan lo comunistas, me voy al campo’? ¿Sabés qué? Yo creo que si ganaran los K, hay que quedarse, no hay que irse y dejarle el país a los hijos de puta. El país es también nuestro. Si ganan los K, yo me voy a quedar”. Otros no lo acompañará­n. VECINOS. Una crítica gastronómi­ca de 37 años, soltera de Vicente López,

Incentivar la grieta puede hacer ganar una elección, pero nos hace más brutos y más pobres." La polarizaci­ón empobrece el debate político, genera un clima tóxico y, a mediano plazo, despolitiz­a a la gente." Con el voto anti, el l que está tá de d un lado de la grieta no está del todo conforme con el líder de su espacio."

cuenta que si ganan los Fernández, planea irse a España o Italia, país del que tiene la nacionalid­ad. “Si gana el gobierno actual, me costaría seguir en la Argentina, pero creo que más tarde o más temprano las cosas van a mejorar. En cambio, si gana Fernández, estoy segura, por los 12 años que estuvieron, que las cosas van a ser como fueron y otra vez no lo voy a poder aguantar. Había desocupaci­ón y no se reflejaba verdaderam­ente, había inflación y se le echaba la responsabi­lidad a los empresario­s, había insegurida­d y se tapaba. La alternativ­a de Roberto Lavagna si se unía el peronismo hubiera dado esperanza, pero tuvieron cuatro años para hacer algo y no lo hicieron. Entonces otra vez la historia de Macri o el kirchneris­mo. Y no es que le doy la oportunida­d al macrismo, que ya demostró que no puede, es que ya la pasé muy mal desde 2003 a 2015”, comenta la vecina de zona norte.

Un matrimonio de docentes universita­rios de 35 y 29 años de Bahía Blanca analizan si migrar en caso de victoria del Frente de Todos, pero ocultan sus nombres después de que Fernández mencionara a Pitta. Él asegura que tres amigos ya averiguan cómo vender “todo” y marcharse, mientras que, por su trabajo, una docena de ganaderos le contaron que venderían toda su hacienda.

“Yo ya estoy vendiendo todo”, comenta Alejandrin­a Arauz, directora ejecutiva de una cámara de laboratori­os farmacéuti­cos. “Gane quien gane, considero inviable a la Argentina. No sigo criando mis dos hijas en este lugar. No es un tema del político de turno, sino de la cabeza de la gente, que está quemada con ácido”, agrega esta porteña de 49 años.

Darío Ter-Zian, licenciado en comunicaci­ón, músico y diseñador industrial de Tapiales, en La Matanza, también estudia irse sin importar el vencedor. De 46 años, casado y con un hijo, advierte: “Veo que mi país está consumido y con un futuro muy borroso”. EZEIZA. “¿Te vas? ¿Adónde?”, se pregunta el consultor político Sergio Berensztei­n. “Hoy es difícil establecer­te en un país distinto. Igual es interesant­e el fenómeno de que la gente se quiera ir. Diez años de estancamie­nto desilusion­an al que sea, pero si crecés dos años seguidos, todos van a estar contentos, como cuando ganás al fútbol”, comenta sobre un mundo en el que se levantan barreras a la migración. Más fácil la tienen los de doble nacionalid­ad y eso se refleja en el aumento de la cantidad de pasaportes españoles e italianos emitidos en los consulados de Buenos Aires: el año pasado se incrementó 13% en la legación de España y en los primeros siete meses de 2019,12% en la de Italia.

En los focus groups, Berensztei­n percibe “la desilusión del votante, sería raro que la gente esté feliz con la caída salarial, pero quizá mejore

La polarizaci­ón no es nueva. La L novedad es que los polos entusiasma­n a minorías, no a una mayoría." Diez años de estancamie­nto desilusion­an, pero si crecés dos años seguidos, todos estarán contentos." Los dos grupos p olí tic oslítiprin­cip ale siil presentan propuestas económicas similares en lo importante."

el ánimo electoral si surge algo interesant­e en la campaña previa a la primera vuelta, que es cuando se arriesga más, o si se recupera la economía, los planes de cuotas influyen”. De hecho, el índice de confianza en el Gobierno de la Universida­d Di Tella había bajado al peor nivel de la era Macri en abril pasado, pero en julio subió al mismo nivel que cuando CFK ganó las elecciones de 2007.

Berensztei­n admite que dos tercios de los argentinos critican al sistema político, aunque eso no implica una postura antidemocr­ática. “El argentino votó salvadores, con Kirchner, con Macri, y no funcionó. Ahora vota más de lo mismo, no hay un voto bronca como en 2001, que ponían un salame en el sobre”, analiza el politólogo. No cree que el voto anti supere al histórico y recuerda la polarizaci­ón de las elecciones de 1983, 1989, 1999 y 2015, aunque esta última forzada por la inédita segunda vuelta.

“Incentivar la grieta puede hacer ganar una elección, pero nos hace más brutos y pobres”, advierte el neurocient­ífico Facundo Manes. “Es una manera de complejiza­r aún más nuestro futuro, porque, cuando ganes, vas a tener que gobernar un país cada vez más dividido”, prosigue Manes, antes de describir el panorama social: “Sigo notando cierta apatía. Me asombra que en un país con las necesidade­s imposterga­bles que tenemos sigamos dilapidand­o recursos de manera vergonzosa para publicidad oficial o para una campaña que solo sirve para mostrar caras sonrientes y agresiones”.

Al sociólogo y doctor en derecho Roberto Gargarella, profesor de las universida­des de Buenos Aires y Di Tella, le llama la atención “el hecho de que los dos grupos políticos principale­s presentan propuestas económicas sorprenden­temente similares en todo lo importante: Vaca Muerta y el uso de los recursos naturales, dólar, inflación y asistencia social”. “En contraste, los grupos militantes allegados a ambos frentes insisten con imágenes apocalípti­cas asociadas con su rival: ‘Si vuelven, van por la venganza’, ‘si siguen, aplican de una vez su plan de exterminio’. A la vez que mantienen una notable impermeabi­lidad frente a cualquier crítica, llámese causa de los cuadernos o inflación desatada. Todo lo anterior torna explicable que una mayoría de la gente se acerque a semejante espectácul­o con actitudes que van de la indiferenc­ia al estupor: lo que se conoce como un estado de fatiga democrátic­a. ¿Cómo puede ser que tantos promuevan discursos tan encendidos frente a prácticas que han fracasado y discursos que hoy se muestran a la vez tan cercanos?”, se pregunta Gargarella.

PROFECÍA. Maristella Svampa, licenciada en filosofía, doctora en sociología, investigad­ora del Conicet y profesora de la Universida­d de La Plata, opina que “la polarizaci­ón no sólo simplifica, sino que empobrece el debate político, genera un clima tóxico, irrespirab­le y, en el mediano plazo, despolitiz­a a la gente, pues obtura la construcci­ón de otros posicionam­ientos”. Responsabi­liza de ella a los últimos gobiernos y a los grandes medios. Svampa advierte que esta vez ambos bandos buscan el “knock out en el primer round”, es decir, en las PASO. Observa que “11 años de polarizaci­ón salvaje”, desde el conflicto del campo en 2008,“hacen que la Argentina devuelva la imagen de una sociedad muy dañada”. “Por eso el desaliento que vemos en tanta gente. Ello abre a escenarios muy peligrosos, en un contexto de polarizaci­ón sistémica, donde los actores sociales y políticos, como vemos en Europa, Estados Unidos o acá cerca en Brasil, suelen buscar un cierre drástico a este tipo de situacione­s de la mano de derechas autoritari­as”, alerta Svampa. Ojalá sea una profecía incumplida.

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 ??  ?? DESUNIDOS. Roberto Lavagna, Sergio Massa, Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey y Miguel Ángel Pichetto terminaron partidos.
DESUNIDOS. Roberto Lavagna, Sergio Massa, Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey y Miguel Ángel Pichetto terminaron partidos.
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GRIETA BONAERENSE. María Eugenia Vidal y Axel Kicillof pelean por la provincia donde viven cuatro de cada diez argentinos.
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FOTOS: CEDOC. INFOGRAFÍA: FERNANDO SAN MARTÍN.

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