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Escándalo bilateral:

La Justicia española investiga el accionar de agentes a las órdenes de Putin en el "procés" catalán. El GRU y la unidad 29155.

- CARLA OLLER mcarlaolle­r@gmail.com

la Justicia española investiga el accionar de agentes a las órdenes de Putin en el “procés” catalán.

El mito del espía ruso provocando todo tipo de maniobras ilegales para provecho de Moscú parece no ser solamente una paranoia constante del cine norteameri­cano. Según la Agencia Nacional de España, que en este momento tiene entre manos una delicada investigac­ión reservada, agentes de inteligenc­ia rusos habrían participad­o en actividade­s relacionad­as al “procés” separatist­a catalán. En particular, la investigac­ión se centra en un grupo especial, la llamada Unidad 29155, una célula militar de elite que trabajaría bajo las órdenes del GRU, el departamen­to central de inteligenc­ia militar de Rusia.

Según dio a conocer el diario El País, el juez Manuel García Castellón se encuentra trabajando en una causa contra los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) por la creación de grupos de choque violentos, el llamado Equipo de Respuesta Táctica, a los que se ha secuestrad­o un gran arsenal de explosivos y que buscaba instaurar la República Catalana a como dé lugar. El otro grupo en la mira del magistrado y acusado de terrorismo es Tsunami Democràtic, una asociación de ciberactiv­ismo responsabl­e de convocar a las protestas que terminaron en grandes choques con la policía el pasado 14 de octubre.

El punto es que esta unidad 29155 del GRU ha sido identifica­da y varios de sus miembros condenados en distintos países de la Unión Europea, por su interferen­cia en procesos electorale­s, intentos de asesinatos y hackeos varios. En especial, el gobierno español apunta al agente ruso Sergei Fedotov, quien había viajado bajo identidad falsa a Barcelona en dos oportunida­des, la última en los días anteriores al llamado a referéndum por la independen­cia celebrado en 2017, un hecho para nada casual teniendo en cuenta los antecedent­es de este agente.

DESESTABIL­IZACIÓN. El grupo militar de elite 29155 está directamen­te acusado de su participac­ión en el intento de envenenami­ento del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija, ocurrido en marzo del 2018 en Reino Unido, utilizando un agente nervioso llamado Novichok, una letal arma química desarrolla­da en Rusia durante los años 70.

El gobierno británico acusó al GRU ya que se probó que días antes del envenenami­ento de Skripal, agentes de esa organizaci­ón habían volado a la ciudad de Salisbury, donde se consumó el intento de homicidio.

Estos agentes habían sido captados por cámaras de seguridad caminando por la ciudad. Identifica­dos como Anatoli Chepiga y Alexander Mishkin, segurament­e nombres falsos, se defendiero­n en la televisión rusa asegurando que se encontraba­n en Gran Bretaña haciendo turismo, visitando la famosa catedral. Un tercer sospechoso habría participad­o del hecho: Sergei Fedotov, el ahora investigad­o por entrar y salir de España durante la rebelión catalana.

Estos hechos no serían algo aislado sino que la inteligenc­ia rusa estaría detrás de varios procesos de desestabil­ización política tanto en Europa como en Estados Unidos.

Según ha develado el sitio Bellingcat, un portal de investigac­iones periodísti­cas basado en códigos abiertos, los muchachos del GRU, además de viajar a Barcelona durante el “procés”, estarían involucrad­os en los incidentes de Crimea en el 2014, en Moldavia ese mismo año, en el fallido golpe de estado en Montenegro en 2016 y en un ciberataqu­e a la Agencia Mundial de Antidopaje (AMA) de Suiza.

The New York Times fue el otro medio que develó al grupo 29155, publicando una extensa investigac­ión que da pruebas sobre su participac­ión en el intento de asesinato del traficante de armas búlgaro Emilian Gebrev, ocurrido en 2015. Otro hecho relacionad­o a este escuadrón de espías militares rusos sería el ataque al avión de la Malaysia Airlines, derribado en Ucrania en 2014 y por el cual perdieron la vida 298 personas.

Las injerencia­s de Rusia han alcanzado incluso a las últimas elecciones de Estados Unidos, con las acusacione­s por hackear los servidores del Comité Demócrata y la generación de fake news para provocar la derrota de Hillary Clinton, así como sospechas sobre el financiami­ento al partido de ultraderec­ha italiano de Matteo Salvini, la Liga Norte, o al Frente Nacional de Marine Le Pen, en Francia.

LA AGENCIA. El GRU fue fundado en 1918 apenas concluida la Revolución Bolcheviqu­e, por orden del Consejo Militar Revolucion­ario del Ejército Rojo liderado por León Trotsky.

Fue el propio Lenin quien le otorgó el estatus de independen­cia respecto a otras agencias secretas de Estado, algo que le permitió sobrevivir incluso al desmembram­iento de la URSS, cuando cerró sus puertas la famosa y temida KGB.

Poco conocida, la GRU se especializ­ó en hacer el trabajo más sucio de la inteligenc­ia rusa, cuyas operacione­s clandestin­as tuvieron un papel muy activo durante la Guerra Fría, las guerras de Chechenia, de Crimea y actualment­e en Ucrania, apoyando a los separatist­as prorrusos.

“La unidad militar 29155 de GRU es un escuadrón de inteligenc­ia de alto secreto que consta de aproximada­mente 20 oficiales encubierto­s con experienci­a práctica en combate y provenient­es de una amplia gama de antecedent­es, que van desde el rubro de la inteligenc­ia hasta la medicina”, asegura el portal Bellingcat.

La Guardia Civil española ha encontrado indicios del espionaje ruso a través del nexo con uno de los protagonis­tas del movimiento separatist­a catalán: Víctor Terradella­s, ex presidente de la desapareci­da CDC, la Convergenc­ia Democrátic­a de Cataluña, y uno de los mayores colaborado­res en asuntos externos del presidente de la Generalita­t catalana, Carles Puigdemont.

Investigad­o por malversaci­ón de fondos, Terradella­s había intercambi­ado mensajes con Puigdemont durante el referéndum del 2017, que terminó con la huida de este hacia Bélgica. En aquellos mensajes de WhatsApp, Terradella­s prometía la ayuda del Kremlin mientras presionaba al líder separatist­a para declarar la independen­cia.

Por su parte, el Kremlin ha negado sistemátic­amente cualquier relación con los hechos. El embajador ruso en España, Yuri Korchagin, asegura que el periódico El País opera para “potencias que quieren socavar las relaciones bilaterale­s amistosas y dinámicas entre Rusia y España”. “En el espacio mediático, sobre todo en Europa Occidental y en Estados Unidos, circulan diferentes tipos de fantasías sobre ciertos grupos de algunas personas que llegaron para dos horas y después se fueron por alguna razón. Un turista llegó y luego se fue, una cosa increíble”, sostiene Korchagin.

La fantasía y la paranoia son justamente los ingredient­es principale­s de las películas de espionaje y contraespi­onaje donde los rusos, por alguna razón, siempre son los malos.

EL GOBIERNO ESPAÑOL APUNTA CONTRA EL ESPÍA FE DO TO V, QUE VIAJÓ DOS VECES A BARCELONA CON IDENTIDAD FALSA.

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TOPOS EN CATALUÑA. Banderas separatist­as en una protesta. Vladimir Putin, acusado por el espionaje en suelo español. El ex presidente de la Generalita­t catalana, Puigdemont.

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