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Lourdes Sánchez

Tucumano y asmático, primer nadador argentino de aguas abiertas sin traje de neoprene que cruzó los mares de cinco continente­s.

- GABRIELA PICASSO

Proyectos y secretos de la bailarina que se luce en la pista de “Showmatch”.

Nadie

puede imaginar esa larguísima pileta escondida en una casona antigua en pleno corazón de Barracas. Quizás cómo nadie pudo predecir que este tucumano de modos serenos que alguna vez se agitaba tan sólo con correr tras una pelota, haya sido capaz de aventurars­e a atravesar a pura brazada y sin resguardos ni corazas, las aguas más bravías del planeta. Sorpresas que da la vida, o no tanto, que cuando más límites se interponen, más ganas le saca a aquellos que encuentran a cualquier edad y en cualquier contexto eso que algunos llaman vocación, o destino, simplement­e pasión. Matías Ola, que quizás descifró el mensaje oculto de su linaje, maneja este mundo de opuestos que se atraen, mientras desanda las habitacion­es de su ecléctica morada cargada de simbolismo­s acuáticos y recuerdos de sus travesías mundanas. Un Poseidón terrenal que ama vestirse elegante, que compensa el nado en soledad con los asados plenos de amigos y amigos de los amigos y que quiere más nadadores mediterrán­eos. Olvidado de la hipotermia que lo sacó del Canal de la Mancha, ahora le preocupa más este resfrío que le resta tiempo a su preparació­n para su próxima cruzada: el Río de Plata. “Llevo siete años viajando por todo el mundo y en Argentina solo hice canal de

Beagle, las Islas Malvinas, y quiero hacer el Río de la Plata”.

NOTICIAS: El hombre que nada en los mares y océanos del mundo proviene de un lugar tan alejado del agua, ¿Cómo es eso?

Matías Ola: Nací en Aguilares, Tucumán. Pero nos mudamos a un ingenio en el norte de Salta porque mi papá trabajaba en la industria azucarera. Vivimos una infancia fantástica a pura naturaleza, pero, ¡lejísimos del agua!

NOTICIAS: En su caso, mucha naturaleza pero poco deporte.

Ola: Papá era basquetbol­ista, y nos llevaba a jugar con él. Pero yo siempre me agitaba o vivía resfriado con los cambios de clima. Me diagnostic­aron asma.

NOTICIAS: ¿Cuándo fue su primer contacto con el agua?

Ola: A los 15, nos mudamos a la capital de Tucumán, porque mis hermanos empezaban la universida­d. Para mí empezó una nueva vida, muy desarraiga­da. Cuando ya tenía 21 y estudiaba agronomía, me volvieron a invitar a jugar al fútbol. Nuevamente estaba la limitación, pero esta vez me decidí a enfrentar la enfermedad. Como de chico los médicos me recomendar­on hacer natación, me fui a buscar una pileta para ver qué pasaba.

NOTICIAS: ¿Sabía nadar?

Ola: Sí, pero horrible. Encontré al entrenador y creo que me aceptó porque me vio alto y delgado. Pero nadé una pileta y casi se me saltaba el corazón por la boca.

NOTICIAS: Evidenteme­nte usted tenía una capacidad natural para el agua

Ola: Mis entrenador­es se sorprendía­n por lo rápido que aprendí y por

Me interesó el nado en aguas abiertas porque salía de la pileta al mar, no tenía que competir con nadie, y no iba por el oro o la plata sino por algo más altruista.

cómo el asma se fue desapareci­endo. A los seis meses podía nadar 100 metros a toda velocidad, y se veía cómo fue cambiando mi cuerpo. La natación fue una superación a mi problema de salud.

NOTICIAS: Cuando estaba cómodo en la pileta decidió salir al mar.

Ola: ¡Es verdad! Llegué a representa­r a la provincia y ser parte del plantel del NOA, pero siempre, desde que empecé a nadar, era el que pensaba diferente del grupo.

NOTICIAS: Pero todavía no me contó cómo fue la decisión de nadar en aguas abiertas…

Ola: A los 26 años, la presidenta de la Federación de natación de Jujuy me ofreció hacerme jujeño y mandarme a entrenar al Cenard en Buenos Aires. Y eso me abrió la cabeza, porque empecé a vivir como un atleta en serio. También me sirvió para darme cuenta que no tenía lo suficiente para ser el mejor. En Internet encontré la historia del nadador dominicano, Marcos Díaz, que había creado un proyecto de aguas abiertas para unir cinco continente­s a nado. Me interesó, porque salía de la pileta al mar, no tenía que competir con nadie, y no iba por el oro o la plata sino por algo más altruista, por una meta solidaria.

NOTICIAS: ¿Su primera vez? Ola: Mi primera experienci­a fue en la Playa Varese de Mar del Plata en invierno en 2012. Y fue un shock. Ahí empecé a descubrir la sensación al frío.

NOTICIAS: ¿Cómo es?

Ola: Te paraliza. Descubrís y sentías cosas que no estás acostumbra­do. Tu cuerpo reacciona para cuidar tu organismo, tus pulsacione­s se elevan sin hacer ejercicio y vas perdiendo la sensibilid­ad. Cuando me di cuenta de esa sensación, me tranquilic­é y empecé a respirar hondo.

NOTICIAS: Con padres tan protectore­s, ¿qué le dijeron en su casa de esta idea?

Ola: Me apoyaron porque lo vivieron como una experienci­a que iba dando el fruto en cada momento. Mi primer cruce del estrecho de Bering en el 2013 fue el más difícil porque era el más frió y en condicione­s tremendas. Fui el primer argentino en nadar esos 134 km en seis días con treinta nadadores.

NOTICIAS: ¿A quién le llegó su mensaje?

Medios: NOTICIAS, TN, infobae, La Gaceta de Tucumán.

Línea aérea: Air France y Aerolíneas Argentinas. Ropa: Gola,Tyr, Jean Manuel Moreau.

Reloj: Rolex y Garmin. Tecnología: Apple.

Ola: No quería que pensaran que esto era solo un capricho mío. Como los nadadores que ya habían hecho este tipo de hazaña, lo hicieron a nombre de alguna fundación, decidí crear una asociación civil Swim Argentina, a favor de generar un impacto social a través de la natación en Tucumán. Ayudar con la natación a otros chicos, como me ayudó a mí.

NO TICIAS: Y cuando cumplió su meta, ¿qué pasó después?

Ola: Volvimos a la Argentina y dijimos ¿Y ahora? En el ínterin había hecho el cruce de las islas Malvinas con la nadadora inglesa. Pero en el 2016, surge el desafío de los siete océanos que es parecido al que ya hice pero mucho más difícil. Son las siete travesías más largas del mundo para cruzar nadando sin traje.

NOTICIAS: Su reciente intento por cruzar el canal de la Mancha se vio truncado porque sufrió hipotermia. ¿Nunca le había pasado?

Ola: Jamás. Fue un aprendizaj­e muy importante, porque podés estar muy listo, pero de repente te pasa algo que no controlas. Mi entrenador me sacó del agua y lo último que recuerdo es despertarm­e en el hotel.

NOTICIAS: ¿Qué piensa que le pasó?

Ola: No fue el frió del agua, sino la cantidad de horas nadando a esa temperatur­a. Yo puedo nadar en cero grados una hora, pero no cinco. La noche se había puesto muy fría.

NOTICIAS: ¿Cuantas veces lo cargaron por su apellido?

Ola: ¡Un millón de veces! Antes de ser nadador ya me cargaban, me decían “Hola Ola”. Era un chiste, y cuando me metí en el mar, ¡ni te cuento!

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 ??  ?? GUSTOS. Su cábala es comprar un traje de baño cuando llega a un torneo en un lugar, pero nunca encontraba variedad, por lo que creó su propia tienda.
GUSTOS. Su cábala es comprar un traje de baño cuando llega a un torneo en un lugar, pero nunca encontraba variedad, por lo que creó su propia tienda.
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COMPAÑÍA. Su entrenador es su brújula en el agua. Valora mucho el esfuerzo que hace para acompañarl­o.

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