RATING LANATA, SEGUNDO
Los domingos a la noche, la disputa por el rating era entre “Bake off” (Telefe) y “Periodismo para todos” (El Trece). Si bien durante las últimas semanas el reality gastronómico siempre ganó, en su última edición superó los 17 puntos y promedió 16,4, un número inédito en lo que va de 2020 para la televisión argentina. a la televisión: generan conversación. Antes uno llegaba a la oficina y charlaba sobre lo que había sucedido la noche anterior con 'Gran Hermano'. Tan motivado estabas a ‘conversar’, que hasta pagabas por llamar y votar. Ahora, en las redes, la conversación está más ordenada y los realities dan lugar a un fenómeno que se llama ‘fan activism’ (activismo fan), que hace que los espectadores se organicen para promover algo a favor o en contra de un participante. Acá lo vimos con Samanta”, explica la analista de medios Adriana Amado. Según ella, la producción del show capitalizó bien la situación denunciada por los televidentes: “Le dieron una resolución elegante porque, básicamente, nos mantuvo a todos en vilo esperando el final”, agrega.
Marcos Gorban, el productor de los primeros ciclos de “Gran Hermano”, coincide con que el rol de los espectadores es fundamental: “Yo,
Bastante más abajo quedó el programa de Jorge Lanata, cuyo promedio fue de 11,4.
La comparación entre los programas no solo tiene que ver con que ambos disputaban la misma franja horaria sino con un antecedente polémico que instaló el periodista. A mediados de junio, Lanata culpó al kirchnerismo de que su programa quedara siempre segundo: “Ahora los por ejemplo, me enteré de que en la primera edición dos participantes, Gastón y Eleonora, habían planeado un complot porque explotaron las líneas telefónicas con llamados de personas que nos querían avisar que él le había dicho algo en el oído a ella”, recuerda.
Las peleas, estrategias y emociones de los participante no hacen más que alimentar este vínculo con los espectadores. Según Amado, en trolls K apoyan a un programa que hace tortas”, había dicho.
Su declaración fue suficiente para que proliferaran todo tipo de críticas y burlas hacia el periodista, quien mantuvo su postura crítica hacia el reality. En su programa de radio. el periodista afirmó resignado: “Sé que me van a seguir ganando (en rating). Me deprime un poco que a la gente le interese más ver cómo se hace un rogel que enterarse qué pasa con la pandemia y la política”. los realities profesionales, lo que sucede es que se potencia la identificación entre quien está en su casa y lo que ve en las pantallas: “El conflicto y las intrigas son cosas con las que vive cualquiera en su propio trabajo. Entonces, lo que podría haber sido un supuesto problema para el programa, terminó siendo la confirmación de que esas actitudes son parte de la vida misma”, reflexiona.
REALIDAD EDITADA. La parte más “oscura” apareció cuando llegaron las suspicacias acerca de cómo podía haber llegado a la final Samanta y que nadie lo hubiera notado. La idea de “arreglo” también es una constante en los realities. En Argentina, en las redes también hubo acusaciones de “fraude” en la final de “Los dueños de la cocina” en 2016, y unos meses antes se había viralizado un video de los participantes de “Gran Hermano” en el que parecía verse que alguien de la producción les indicaba cómo debían comportarse. Lo mismo sucede en cada edición de “Bailando por un sueño”, donde los mismos participantes se meten en esas polémicas.