Peronista de Putin:
La historia del intendente que se vacunó con un cuadro del líder ruso. Su vida en la calle.
habla el intendente apodado "Chinchulín" que se vacunó mostrando una foto del líder ruso.
Desde que se desató la pandemia, de por sí un hecho desconocido, vienen ocurriendo cosas extrañas en el mundo y Argentina no es la excepción. Pero lo que sucedió en la mañana del martes 2 en la localidad de Roque Pérez, en Buenos Aires, parece haber llevado este fenómeno a otras dimensiones: es que el intendente de aquel lugar, Juan Carlos Gasparini, posó mientras lo vacunaban contra el Covid-19 con un cuadro del presidente de Rusia que mandó a hacer especialmente para la ocasión. “Chinchulín”, el apodo que le quedó luego de una dura infancia -que incluyó vivir en la calle luego de sufrir años de violencia doméstica por parte de su abuelo-, es el primer peronista de Putin.
“Fue en agradecimiento a esa vacuna que la defenestraron tanto y que dijeron que iba a matar a los argentinos”, le explica Gasparini, que es intendente desde el 2011, a NOTICIAS. Llegó a ese cargo luego de una vida complicada: nació en una familia muy pobre y a los 12 años, sin haber terminado ni siquiera primer grado, dejó su hogar luego de repetidas golpizas por parte de su abuelo. Pasó años en la calle y vivió de la limosna que le daban los carniceros de la zona. “Iba con la bolsa de arpillera y ahí me daban las cosas que antes no se pagaban, como los chinchulines. Como yo era muy flaco, largo y usaba las alpargatas atadas en ese momento, me pusieron 'chinchulín'. Cuando tenía 12 años me enojaba que me dijeran así, pero después me di cuenta que lo tenía que patentar porque iba a serlo para toda la vida. Hoy me dicen Juan Carlos y no me doy vuelta”, cuenta con una media sonrisa. El peronista tuvo que hacer de todo para sobrevivir a los inviernos sin techo: trabajó en un horno de ladrillos, cuereó nutrías, hombreó bolsas, vendió turrones en cementerios, manejó camiones y varias veces fue detenido por la policía. “Sé lo que es el hambre de verdad, y gobierno como me lo enseñó la calle”, dice Gasparini, que en el 2019 volvió a ser reelecto, dentro de la lista del Frente de Todos, por tan solo 11 votos.
Al día siguiente de posar con la foto de Putin -a “Chinchulín” no le incomodan las denuncias por violaciones a los derechos humanos que penden sobre el ruso-, el hombre volvió a hacerse cargo de la intendencia luego de una larga licencia por un problema de salud al que todavía no pudieron diagnosticar. Y ahora deberá enfrentar las elecciones legislativas en su ciudad: “Le tengo fe a la gestión de Kicillof, y a él lo quiero mucho”.