LA FOTO BUSCADA
El encuentro arrancó a las 11 AM, hora vaticana. De toda la gira europea era el evento, por lejos, más importante. Dos datos lo demuestran: el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, íntimo amigo del Presidente, no estaba en la comitiva original y se sumó un día antes de que saliese el avión, y el hecho de que Gustavo Beliz, secretario de Asuntos Estratégicos, viajara especialmente para el encuentro franciscano. Se venían tejiendo, además, varias especulaciones, sobre los roces aún no saldados por la ley del Aborto, y se vio una planificación algo apresurada de la visita al argentino más famoso de la historia. Pero para el Gobierno el mano a mano entre Alberto Fernández y el Papa fue un éxito. Era un espaldarazo que necesitaban.
Francisco y el mandatario hablaron del avance de la pandemia y de las negociaciones de Argentina con los organismos de créditos, tema siempre presente en la agenda del Pontífice. Hay, entre los vaticanistas, una discusión sobre cuánto duró el encuentro: el Gobierno dice 35 minutos, pero los que caminaron la Santa Sede aseguran que el oficialismo puso el reloj en marcha desde que entró al Vaticano. Según esta última versión, el mano a mano duró diez minutos menos, lo que la acerca al peligroso número de aquella célebre reunión con Macri en el 2016, de 22 minutos. De cualquier manera, por ahora Francisco sigue teniendo al Gobierno entre sus rezos.