Justicia y campaña
En plena cuenta regresiva para el ballotage del 19 de noviembre, la Justicia se metió de lleno en la campaña. Esta semana, la magistrada María Servini, con competencia electoral, rechazó un pedido para que la Anses se abstenga de seguir otorgando créditos que puedan inducir a captar el voto de los beneficiarios. La denuncia la había realizado una ONG comandada por un ex funcionario de Patricia Bullrich. Pero no es todo. El juicio contra la Corte Suprema que desde el Congreso impulsa el oficialismo, con el apoyo de los legisladores del candidato Sergio Massa, también divide aguas. Mauricio Macri y otros opositores levantaron la voz contra esa embestida contra los magistrados del máximo tribunal que están en la mira por supuesto mal desempeño, por fallos como el de la coparticipación que favoreció a la ciudad de Buenos Aires o el que intervino en el Consejo de la Magistratura. Cuando ya la presidenta de la comisión que impulsa el juicio, Carolina Gaillard, había convocado a los supremos Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda a que efectuasen sus descargos, finalmente Massa convenció al resto del Gobierno de postergar todo hasta después de las elecciones. Pero ya el daño mediático estaba hecho.
La posición de los jueces de la Corte es más que incómoda. En paralelo a esa ofensiva de la Casa Rosada, el titular del máximo tribunal, Rosatti, polemizó con el libertario Javier Milei por su proyecto de dolarización. Lo calificó lisa y llanamente de inconstitucional. Para los magistrados, ninguno de los candidatos que quedaron en pie para la segunda vuelta representa una garantía de buena convivencia entre los poderes del Estado.
Política y Justicia son dos carriles que se entrecruzan con demasiada frecuencia, sobre todo en época de elecciones, cuando lo que debería primar, de ambos lados, es la responsabilidad.