A tres puntos del descenso

Pulgada más. Pulgada menos. Real. Incomprensible. Sin ningún razonamiento posible. Huracán o el arte de equivocarse una y otra vez para que los problemas sean su carta de presentación. Parece que goza coquetear con la tabla de los promedios. Si esta desdicha le hubiera pasado en una segunda fecha o cuarta, hablaríamos de “está salado” o “aplausos porque lo intentó”. Con 12 jornadas en el lomo, un triunfo, siete partidos sin ganar (cinco derrotas) y a casi nada de entrar a la zona roja, no resiste análisis alguno. Se hunde como si estuviera atado a una piedra. Pierde y pierde. Lo merezca o no. Con actitud o pasivo. Nos hace padecer. Y como si todo esto no alcanzara, Caruso Lombardi se mantiene en el aire agarrado de un hilo de coser. Los dirigentes le piden que resista dos partidos más. ¿Hace falta? Ellos, que son parte decisiva en este entuerto, con el presidente a la cabeza, y los que le siguen, tomaron decisiones equivocadas, comprometedoras, hasta el punto de haber gastado la bala del cambio de técnico. ¿Vamos por el tercer entrenador en lo que va de la temporada? Demente. Irresponsable. Pero probable. Se necesitan soluciones. Respuestas. Dos fechas más que tienen mucho en juego. No es la idea estar peor (porque en el Globo, siempre se puede estar peor) y regalarse hasta el parate navideño a la espera de la salida mágica. Los jugadores no pueden (y no suelen) renunciar a sus contratos con el club. El que parte es el DT. Nos guste o no. El tiempo no es eterno y la paciencia, menos.