Olé

“Tenían un corazón enorme”

Sergio Escudero, hoy en Quilmes, recuerda a Danilo, Gil, Sergio Manoel y el DT Caio, jugadores fallecidos de Chapecoens­e, con quienes compartió equipo en Brasil.

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Cómo te enteraste de la noticia? -Me llamaron por teléfono y tenía mensajes de WhatsApp de un empresario que fue quien me llevó a Brasil. A las cinco de la mañana, cuando me desperté, tenía llamadas de amigos de acá que me contaron lo que había pasado y no lo podía creer. Es terrible.

-¿Con quiénes y en qué equipo jugaste?

-Jugué con Danilo, Gil y con Sergio Manoel en Coritiba. Y tuve a Caio Júnior, el técnico, en Criciuma. Había hecho una amistad muy grande con ellos. Cuando vinieron a jugar con San Lorenzo, fui a visitarlos al hotel e iba a ir a ver la final en Chapecoens­e, así que es una tristeza muy grande porque es gente que apreciaba mucho.

-¿Y con Caio Júnior? ¿Cómo era la relación?

-El fue uno de los técnicos que más me marcó en mi carrera. En Brasil me tuvo dos horas viendo videos míos, corrigiend­o errores, y eso lo voy a llevar siempre conmigo. Fue un entrenador que me hizo corregir errores en un fútbol tan difícil como es el de Brasil.

-¿Y cómo lo definís?

-Siempre le dije que era un técnico argentino, con mentalidad argentina, porque los técnicos brasileños no son como los argentinos, que tienen esa men- talidad de ser un aguerrido, de salir a ganar en cualquier cancha, de motivar siempre al jugador. El sí tenía todo eso. La última vez que vino a Argentina le dije que tenía que dirigir acá porque su capacidad era impresiona­nte, un técnico que sabía mucho y sencillo.

-¿Caio quería dirigir en Argentina?

-Sí, siempre me decía eso. El admiraba mucho al fútbol argentino y a los técnicos de acá. Me ha marcado tanto, me ha dejado cosas muy importante­s y era una persona muy buena. Lo apreciaba mucho. Teníamos una amistad muy grande, siempre estábamos en contacto, con él, con su ayudante y con el profe. Hablo de esa gente y me emociona porque no lo puedo creer todavía. En medio del relato, a Escudero se le llenan los ojos de lágrimas. Después de una pausa, continúa.

-¿Pudiste hablar con

cuando esté con las familias. Con el hijo de Caio voy a seguir en contacto porque tuve la suerte de conocerlo y es un chico igual al padre, muy humilde. Tuvo la suerte de olvidarse el pasaporte y no viajó, si no hubiese sido muy duro también tener esas dos pérdidas para la mujer y el otro hermano.

-Como Martinucci­o, que tampoco viajó porque estaba lesionado...

-Sí, el destino... A Martinucci­o lo operaron de la rodilla y tuvo la suerte de no viajar. Pero lo que pasó no se puede creer, fue un golpe muy duro para el fútbol mundial, así que hay que recordarlo­s como lo que eran, grandes personas y con un corazón enorme.

-¿Cómo ves la solidarida­d del f útbol mundial?

-Muy bien, hay que sacarse el sombrero con el homenaje que se hizo en Colombia. Lo vivieron como si hubiesen sido colombiano­s y está bien porque a cualquiera le puede pasar. Les tocó a ellos, que iban con una ilusión enorme de quedar en la historia del fútbol mundial, y lo más lindo va a ser que cada uno los pueda recordar y hacer el luto que ellos se merecen.

-¿Qué opinás de los jugadores que se ofrecen para ir a jugar allá?

-Ayer yo sentí algo de eso, no sé si está bien o mal pero me parece que el club está muy golpeado, ha perdido un equipo de fútbol, gente que trabajaba ahí, dirigentes, utileros, y armar un equipo en diez días (como pide la Confederac­ión brasileña) va a ser difícil. Pero hay gente que está dispuesta a ayudar y es un club que va a necesitar el abrazo de todos. Espero que los familiares puedan tener la fuerza suficiente. Será muy complicado porque, por más que les quieran dar plata, lo que perdieron no lo van a recuperar. Tenían hijos chicos y a uno que es padre eso lo hace recapacita­r, tratar de vivir cada minuto como si fuera el último porque uno no sabe lo que puede pasar el día de mañana.

-¿Volverías a jugar en Brasil?

-Obvio. Cualquier jugador me parece que volvería a ayudar a esa institució­n, a tratar de que los hinchas se puedan olvidar de este momento que va a ser difícil. Siempre dar una mano es lindo.

-¿Cómo los recordás?

-Los voy a recordar siempre como lo que eran, personas alegres. También los voy a recordar como amigos. Me juntaba con ellos a comer junto a las familias, iba a los cumpleaños de los hijos, ellos venían a los de mis hijas, y esos momentos quedarán en mí. Y a Caio, al cuerpo técnico, los voy a recordar como personas que marcaron mi carrera. He tenido técnicos que me han dejado cosas como Gorosito, Zielinski y Madelón, pero a Caio lo voy a llevar siempre conmigo.

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