Sin vacaciones
San Lorenzo no se relaja nunca. Anoche demolió en apenas un tiempo al siempre duro Estudiantes.
La época del año es toda una tentación para pensar en una playa y estar relajado y disfrutando el calor. Pero San Lorenzo no se toma vacaciones o descansos. Ni siquiera una relajación después de ganar el Súper 4 hace unas semanas. Nada saca de foco al Cuervo y mucho menos en casa. Estudiantes, uno de los mejores de la competencia, no fue oposición en un juego al que le sobró bastante: paliza por 99-79 para seguir en la cima del Sur. Dos ráfagas. O dos pasajes que fueron realmente un Ciclón. Con eso, algo que ya se volvió costumbre, el conjunto de Julio Lamas liquidó la historia. Y lo hizo en apenas un tiempo, siempre con la constante de su defensa, incómoda para Tucker y Justiz, los pilares del rival, y llevando al resto al desorden y la improvisación. El 31% de cancha y las 11 pérdidas de los de Concordia explican bastantes cosas. Pero hablamos de dos ráfagas, y para ello el ataque se impone. En el primer cuarto, entre la mano de Safar (10) y la versatilidad de Calfani (7) llegó un parcial de 17-3 para escaparse por primera vez (23-9 en casi 8m). En el segundo, después de que el juego se planchara un poco, otro estornudo del campeón que lo alejó aún más: en 7 minutos, el pasaje fue de ¡27-7! Deck anotó con facilidad, Penka Aguirre levantó la marcha (9) y Safar quemó las redes con otros tres bombazos (5-6 en el PT), los últimos seguidos y sobre el cierre, para llegar al descanso largo doblando el marcador: 54-27. Muchísima ventaja. Y en el medio, el delirio de Boedo con la gente prendida fuego en la tribuna y cantando para levantar aún más la temperatura. Claro, lo de adentro contagia. La segunda mitad prácticamente estuvo de más. San Lorenzo lo controló, tocó una ventaja de 32 y no bajó de 17. Un trámite que resolvió con la autoridad que lo caracteriza. Las vacaciones no existen.