Con la 10 de Tevez en la espalda por pedido suyo, Centurión forzó el 1-0, manejó a Boca y lo ovacionaron. “Me gusta este número”, dijo. ¿Se lo ganó? Guille lo bancó.
La pisó, le pegaron, generó situaciones, forzó el primer gol, casi mete otro, se peleó con los rivales, hizo amonestar a uno, discutió con el árbitro, con los líneas, y Guillermo le pidió que no la mostrara más para que no lo lastimaran. Ricardo Centurión presentó ayer todo su repertorio. Lo mejor y lo peor. Lo que hace cada domingo en los partidos y lo que hace en la semana en las prácticas. Lo que hacía en Racing y lo que hace en Boca. Pero la de ayer no fue una noche más para él. Fue un partido Apache. Elegido por el Melli para llevar la número 10 que dejó Tevez, Centu se puso el equipo al hombro y fue uno de los principales responsables de que el nivel colectivo del equipo, como había pedido el mellizo, disimulara la ausencia del ídolo. “Carlos fue una pieza fundamental para nosotros y lo vamos a extrañar, pero tenemos que seguir. Vestir su camiseta es una linda presión, me gusta. Es lindo. Algo hablamos con el técnico y cuando llegué al vestuario, tenía la 10 en mi lugar. Fue una sorpresa hermosa”, contó, aunque luego Guille lo deschavó: “Fue él quien la pidió. La usó bien, pero quedan 16 fechas...”. Como Tevez, Centu fue rotando posiciones. Arrancó de wing izquierdo, pero se movió por todo el frente de ataque. La jugada del primer gol nació de una apilada de Ricky por el medio. Fue el mejor del PT y en el segundo mantuvo el nivel a pesar del cansancio. Que vistiera la casaca de Carlitos no fue casualidad. De los 14 players que entraron, sólo Centu e Insaurralde cambiaron sus números. Para mantenerla en el torneo Boca debe hacer un trámite especial en AFA. ¿Se la ganó? Por lo pronto, Centu se bancó bárbaro el peso de la historia y no se achicó. La gente lo ovacionó cuando dejó la cancha. Posiblemente, no vuelva a salir.