El uno soy yo...
Andújar, quien fue buscado por Boca en este verano, atajó regular. Werner, invicto, anduvo un poco mejor.
Andújar sufrió el trastorno del “amor de verano”. Teniendo novia (Estudiantes), cuchicheó con la más linda de la isla (Boca), que quiso sacarle el anillo y llevárselo del brazo. El, ante el tire y afloje de las dos, finalmente le fue fiel a su amor de siempre y le corrió la cara a la otra. Pero ayer, en uno de los boliches de la isla, tuvo la desgracia de cruzarse a la más linda de nuevo, ¡y cuando agarraba de la mano a su novia! El resultado estuvo a la vista: cuando Andújar se acercó al arco que tenía detrás a la hinchada de Boca, una lluvia de silbidos le inundó los guantes, los botines y la existencia entera. De todos modos, el salvavidas se lo tiraron los fanáticos del Pincha, que respondieron con un “¡Andújar, Andújar, Andújar!” que tapó y emparchó todas las filtraciones y las goteras. La frase de Guillermo hace unos días en conferencia de prensa confirmó lo que ya era una certeza: Mariano Andújar no se mudaría de La Plata a Brandsen 805. “No hay chances de que venga”, dijo Guiller- Werner se mostró seguro de arriba y de abajo. Bien. mo y puso la palabra fin en la novela. Pero faltaba un epílogo. En los 90 minutos del partido de ayer, el que ganó el mano a mano entre los arqueros fue el joven Werner. Sin demasiadas grandes intervenciones durante el juego, respondió bien ante cada avance del conjunto de Nelson Vivas y no sufrió goles. El 1 del León, más allá de que no tuvo responsabilidad en ninguno de los tantos del Xeneize, fue a buscarla adentro un par de veces.