Central fue más Camacho
En un partido cerradísimo y con pocas situaciones de gol, Washington la metió en el final y amargó a un Quilmes que sigue complicado en la tabla de los promedios.
Ganó al final en el Sur. Complicó al Cervecero.
Paolo Montero ya se había sentado en el banco. Por primera vez en la noche, se había sentado en el banco. Ya no quería más. Si pateamos una sola vez al arco en 89’ -habrá pensado-, por qué habríamos de meterla en la última. Pero se equivocó. Por suerte para Central, se equivocó. O, mejor dicho, acertó. Porque Washington Camacho, a quien había hecho entrar en el complemento, ganó de arriba en la bola del final y le dio una alegría grande al Canalla en un patido chivo y en el que casi no había habido situaciones de gol. Un milagro, casi. Con muy poco, Central se llevó tres puntos importantes para levantarse de la derrota en casa ante Godoy Cruz y empezar a refundarse futbolísticamente con otro semblante. Quilmes, que tampoco había hecho demasiado, durmió en el cierre del partido y se quedó con las manos vacías y complicado en su lucha por mantener la categoría. Sí, el uruguayo lo dejó de Camacho... Hasta el gol (o sea, durante el 99% del encuentro), el Cervecero y el Canalla habían expuesto todas sus miserias y habían dejado claro por qué a mitad de campeonato se encuentran mucho más cerca del fondo de la tabla que de la cima. Insinuaron poco, casi que no patearon al arco y parecían decididos a sumar un poroto que les servía de muy poco. El cero, nunca se dijo, los calificaba. Pero el fútbol siempre da sorpresas y Central lo ganó casi sin proponérselo. El trámite fue parejo por lo malo. Montero dejó en el banco a Teo Gutiérrez hasta los últimos minutos (según el DT por una decisión táctica, peeero...) y Central perdió presencia en el área rival. Este Canalla dista mucho de aquel equipo vertiginoso y agresivo de Coudet. Se le fueron jugadores clave, es cierto, y anoche lo sintió. Sin peso ofensivo, sólo generó peligro a través de un remate de Carrizo y en la acción del gol, que le sirvió para mejorar el record de un solo éxito en 11 juegos: ahora lleva dos en 12. El local recuperó cierta solidez defensiva, pero todavía sigue dando ventajas que paga muy caras. Otra vez, parece, terminará jugando con la calculadora en la mano.