Vuelo low cost

“En la Argentina no hay empresas aéreas low cost”, dice el secretario de Transportes de la Nación y debe tener razón. Guillermo Dietrich, de él se trata, hace una definición técnica de las compañías de bajo costo, cuya principal característica reside en ofrecer una tarifa baja con la contraprestación de servicios de ese mismo nivel. Pues bien, se ve que en Aerolíneas andan ensayando, porque el vuelo de Buenos Aires a San Juan vino áspero: el viaje fue 10 en puntualidad y disponibilidad y amabilidad del personal. Pero ahora uno casi está obligado a hacerse el check in e imprimirse el ticket para abordar o hacer la cola de rigor, so pena de terminar en el asiento del inodoro del baño. Hay maquinitas en todo el aeropuerto para ese menester. Personas mayores recurrir al nieto o morir en el intento... Una vez arriba se acaba lo que se daba. El ¿pollo o pasta?, pregunta infaltable en todo vuelo ya no va más. Adiós al sanguchito de miga, a la galletita de limón Havanna, al bocadito de paso, a la galletita Manón. Ni pan duro te dan. Pasa un carrito a toda velocidad, y si dormiste en responder te quedás sin bebida. Un pasajero que salió a las 13.15, plena crisis de almuerzo, se bajó del avión dos horas después con un vasito de agua con hielo (hielito) dispuesto a devorarse la histórica higuera de Sarmiento...