Olé

GALLARDO ENTERRÓ EL ESTIGMA DE UN APODO QUE ATRASA.

- FEDERICO DEL RIO f d e l r i o @ ole.com.ar

Es imposible saber cómo terminará esta historia. Podrá ganar su cuarta Libertador­es o no, pero si hay algo que Gallardo ya le dejó a River: lo que se vivió anoche en el Monumental fue una demostraci­ón de que hay algo que no es este equipo: gallina. Gallina, las pelotas.

Ese estigma que existía hasta hace tres años con las competenci­as internacio­nales quedó definitiva­mente enterrado, si es que hacía falta pasar otra prueba de fuego. Y va más allá de los ocho goles, de la abismal diferencia futbolísti­ca que hubo en la cancha y que se reflejó en el resultado. Pasa por una cuestión de mentalidad y personalid­ad, de convencimi­ento y conviccion­es. El Muñeco había prometido tocar las fibras más íntimas de sus jugadores y evidenteme­nte debe ser un tipo que sabe muy bien adonde está el punto G para que todo el mundo goce. Desde su capacidad de liderazgo es que se construyó este River con el condimento extra de una mentalidad fuerte, un punto que durante años fue una debilidad que incluso el propio Gallardo padeció cuando se ponía la camiseta para jugar.

Desde que se sentó en el banco, River comenzó a ser un equipo confiable en las Copas al punto que hoy se repite esa frase de que le sientan bien los mano a mano, que en esas instancias saca lo mejor de sí. Que Maidana y Ponzio sean los ejemplos de los que están entre los 11 del primer al último día del ciclo es todo un símbolo de lo que construyó Gallardo con ellos dos y con el resto de los jugadores que dirigió y dirige. Como el propio entrenador declaró después del triunfo, él cree en sus hombres y ellos confían plenamente en él. Así forjó esta versión moderna de un River que también aparece en las difíciles, que desde anoche también está convencido de que no hay imposibles.

En la Sudamerica­na 2014 saldó una deuda de 10 años al eliminar a Boca en el Monumental. Y después ganó esa Copa con solvencia. Unos meses más tarde otra vez dejó en el camino al clásico rival y volvió a adueñarse de la Libertador­es con un 3-0 implacable en la final ante Tigres de México. En el camino de esa conquista también se plantó en Brasil para dar vuelta un resultado adverso de local y eliminar a Cruzeiro. Todos hitos que marcan que aquel apodo que nació hace ya 51 años atrasa. Es historia antigua. A lo sumo se trata de un un sustantivo que ya se transformó en un adjetivo amigable para los hinchas millonario­s. Porque este River es gallina, pero con pelotas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina