GOZALO, ARIEL
Gonzalo Ariel Montiel, el pibe que lleva el nombre del Burrito, fue la sorpresa de Gallardo y la rompió. Mucha personalidad.
Lo mejor que tiene Gonza es su personalidad”. Mamá tenía razón. Cuando Olé presentó a Gonzalo Ariel Montiel, recién llegado a Primera después de que Gallardo le pusiera el ojo, lo hizo a través de Marisel, su madre. Lógico, qué iba a decir de su nene, de su orgullo, más que elogios. Sin embargo, lo suyo no era simple amor maternal, sino que también había una cuota de análisis futbolístico producto de haber sido defensora de Laferrere en su adolescencia. Porque cuánta razón tenía: el pibe, con tan sólo ocho partidos en el lomo, salió a jugar su primer encuentro de Libertadores (y con lo chivo que parecía en la previa) con la voracidad del Chavo frente a una torta de jamón, el temple de un soldado de mil batallas y un nivel tan alto que se hizo merecedor de cada una de estas líneas.
Gonzalo Ariel Montiel es Ariel por el Burrito. Su abuelo Jerónimo, fanático de River, quería que le pusieran Ortega de nombre (Marisel le frenó el carro). Está claro, juega de 2 y no quiebra la cintura como el ídolo, pero ayer mostró todo lo que tiene que ser un zaguero y le sumó un plus participando en tres de los ocho tantos. Asistencia premium para Scocco en el 5-0 que llevó tranquilidad; taco en el primer palo que Olivares tapó y luego Nacho cambió por gol; y ganó la bocha en el área que inició la cabalgata de Enzo Pérez en el 8-0.
“Esto fue lo que siempre soñé y más en la Copa. Lo sacamos adelante ”, dijo Montiel, la grata sorpresa ante el cambio de esquema del Muñeco. 20 años, un futuro enorme y un partido que confirma que, además de técnica, tiene lo que dijo mamá Marisa: una personalidad tremenda.