A MITAD DE AÑO PUEDE RETIRARSE EL PIPI
Romagnoli reconoció que puede retirarse a mitad de año, cuando finaliza su contrato. Incluso, admitió que se imagina como manager: “Me gusta esa posibilidad”.
Van 20 minutos del segundo tiempo del partido contra Olimpo y los cuervos presentes en Bidegain se ponen de pie para aplaudir. Aplauden hasta que las manos arden. Hasta el presidente, Matías Lammens, es uno de los que está ahí, en la platea, sumándose a la ovación. Es que en ese momento entró Rubén Botta y salió Leandro Romagnoli, en el día de su cum- pleaños 37, luego de mostrar un buen nivel y ser parte importante del triunfo, hasta ese momento parcial. Pero más allá de la vuelta al sol, la emoción tiene que ver con que todos saben que se acerca el final, que el retiro del tipo que más trofeos ganó en el Ciclón está cerca.
Y él mismo se hace cargo de que se viene el cierre de su etapa profesional. “Estoy tomando conciencia de que pueden ser mis últimos partidos, por eso el del otro día lo viví con mucha intensidad y ganas”, contó en Jogo Bonito.
Pero se animó a ir un paso más allá, a dejar su estirpe de Peter Pan para vestirse como un adulto que está por tomar una decisión importante: “En el último tiempo me tocó jugar bastante poco y extendí el contrato para seguir. Ahora no me veo renovando otra vez sin jugar tanto. Tengo la idea de retirarme en el club, no me gustaría irme a otro lado ahora, entonces junio podría ser un buen momento para tomar la decisión”.
El Pipi aclaró que, a pesar de que sabe que el final se aproxima, todavía está con ganas de calzarse los timbos y salir a la cancha. “No me pasa de no tener ganas de ir a entrenar. Al contrario, me gusta, me hace sentir bien. Por ahí hincha un poco los viajes, las pretemporadas que tenés que estar encerrado o algunas concentraciones que se hacen largas”, comentó. La dirigencia del CASLA quiere que el 10 se quede en el club una vez que deje el fútbol y que se convierta en el nuevo manager (cargo que quedó vacante tras la salida de Romeo a fines de 2017) es una chance concreta. “A mí me gustaría seguir en el club como sea y esa posibilidad me gusta, pero todavía no lo hablamos con Matías. Quiero disfrutar este tiempo que queda hasta el final del torneo y en junio veremos qué quiero yo y qué quiere el club”, afirmó abriéndole la puerta a esa opción.
Y él, en la cancha, levanta los brazos, se toca el corazón. Ese que tiene bien azulgrana desde siempre. Mira todo, como para guardar los recuerdos por si esto llega a su fin sin repetirlo. Aunque, claro, en San Lorenzo, el Pipi será eterno...
“NOS SENTAREMOS A HABLAR CON LAMMENS”.