SI SE DA, LA IDA SERÁ EN LA BOCA Y LUEGO EN EL MONUMENTAL.

Por eso, ahora que Boca pasó con lo justo a los octavos de final de la Copa y ruega por una revancha, en Núñez sonríen. No lo padecen sino que lo disfrutan.

“Estaría bueno, ¿no? Otro clásico más. Ya vivimos muchos...”, respondió Leonardo Ponzio cuando le preguntaron en la conferencia de prensa por el deseo que había manifestado Carlitos Tevez. Justamente el capitán es uno de los emblemas del River que revirtió aquella historia que arrancó en los 90, cuando el equipo que dirigía Passarella cosechaba títulos, aunque mancaba en los clásicos. Leo también representa el cambio de paradigma en lo futbolístico de este River que en esos mano a

mano con Boca supo que era más importante ganar que jugar mejor que su rival. Por eso, que muestre esa soltura y frescura para responder sobre un posible cruce en esta Libertadores es todo un síntoma de cómo se recibe esa chance. Y también defendió lo logrado en los últimos años: “No cambio un torneo local por ninguno de los títulos que conseguimos. No los cambio por nada”,

remarcó como para destacar el valor de las ocho vueltas olímpicas (cinco internacionales más dos copas Argentina y la Supercopa) ante el fresco bicampeonato de cabotaje que sumó el equipo de Barros Schelotto.

El lunes había sido el Pity Martínez el que se había jugado con sus declaraciones sobre el dolor que aún siente Boca por haber perdido el superclásico en Mendoza. Ahora fue Ponzio el que le abrió las puertas a un nuevo cruce, esta vez por los octavos de la Libertadores o más adelante, según determine el sorteo del 4 de junio. Los muchachos están picantes, con confianza, aunque ellos la pimienta sólo piensan ponerla en la cancha y con la pelota en juego...