LA SUERTE ATADA A LOS NOVATOS
Los más nuevos del plantel de la Selección están pagando un costo alto por el privilegio de jugar en Rusia 2018: están yendo a la Universidad sin haber terminado la Primaria. Puesto en perspectiva: Meza, Lo Celso, Pavón y Tagliafico, por citar algunos casos, tendrían que haberse mostrado en algunos amistosos, fogueado en una Copa América, probado en una Eliminatoria, antes de entrar a la cancha con la musiquita del Mundial como telón de fondo. Los ciclos truncos de Martino y Bauza y la asunción tardía de Sampaoli precipitaron los tiempos y alteraron la lógica del proceso que suele seguir todo jugador que es citado a la Mayor. Situación agravada, además, por haber dinamitado años atrás los ciclos de las Juveniles. Infierno encantador, diría el Indio.
Es probable que ellos ni siquiera hayan tomado real conciencia del baile en el que están metidos, entre otras cosas porque las ganas de bailar les impide ver que están en el Colón y la platea está llena.
Lo paradójico es que, más allá de los arrebatos tácticos de Sampaoli y de cierta inconsistencia a la hora de tomar decisiones (porque nunca se sabe bien si quiere que la Selección juegue como le gusta a él o como le gusta a Messi) es muy evidente que a la Argentina le irá como les vaya a estos novatos. Los veteranos de mil batallas acompañaron suficientes veces a Leo como para que quede más que claro que ninguno de ellos, individualmente o en conjunto, asomó como contrapeso para aliviarle al capitán la carga y la presión que le pone el rival y las circunstancias. A suerte o verdad, Cristian Pavón tendrá que lastimar con sus piques como lo hace en Boca y Maxi Meza deberá darle al equipo ese cambio de ritmo que aporta en Independiente. Deberán, también, perderle el respeto a Messi y no dársela siempre, aún cuando lo rodea un ejército. Y tendrán que echarse a volar sabiendo que abajo no hay red. Así estamos.
PAVÓN Y MEZA Y UN DESAFÍO ENORME. ¿PODRÁN?