Olé

SAMPAOLI LO PUSO 20 MINUTOS Y AHORA LO PIDE EL PAÍS.

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desde julio de 2014, pero la realidad es que Angelici lo compró como una apuesta y lo cedió por un año a Colón. A los seis meses, Arruabarre­na se lo llevó a la pretempora­da y cuatro meses después entraba a un superclási­co. A falta de seis minutos, metió el 1-0 (entrando por izquierda, como le gusta jugar) y festejó con la mímica de alguien que va manejando: le había apostado al hijo de su representa­nte que iba a hacer un gol, y que a cambio él tendría que prestarle su BMW por un mes. La llegada de Guillermo Barros Schelotto, tan 7 bravo como él, le cambió la vida. Pavón era un potro sin domar, que terminaba muy pocas bien: el Mellizo, que le mandaba aquellos envíos flotados a Palermo, le prohibió tirar “centros de mierda” y la consecuenc­ia es que se convirtió en el hombre asistencia del campeón 2016/2017 (Benedetto siempre se lo agradece). Ese nivel lo llevó a la Selección, y en noviembre le puso dos pases de gol a Agüero en un puñado de minutos. Ahí llegaron las miradas y los elogios de Messi.

Lo demás es historia reciente: fue el salvador de un Boca que llegó tambaleánd­ose a la meta del bicampeona­to, jugó 69 partidos seguidos y la Bombonera empezó a regalarle esas ovaciones que, erizan la piel (no se puede decir de otro modo en este caso). Fue una figura enorme para potenciar a Wanchope y para hacer sus propios goles. Y Sampaoli se lo trajo a Rusia. Lo puso 20 minutos y lo pide todo el país.

Ese es Pavón, el cordobés rapidito que es el orgullo de Anisacate. El que con sus 34 km/h supera en velocidad a CR7 y al propio Messi. El que llegó a Boca por un millón de dólares y hoy, cuatro años después, tiene una cláusula de salida de 50 millones de euros. El nieto del viento.

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