NO CAMBIÓ NADA
En plena conferencia, Jorge Sampaoli explica una realidad impalpable, incontrastable con lo que sucedió en la cancha. Escenifica un equipo, el suyo, teniendo dominio de pelota y sometiendo a Croacia en ese primer tiempo que en realidad fue ríspido, parejo y cortito. Sampa nunca vio que su equipo siempre mostró una debilidad estructural que el rival desnudó con cada cambio de frente. En ese error de diagnóstico nació la debacle final, con cambios que no modificaron la cuestión de fondo, más bien la agravaron.
¿Era Higuaín el primer cambio? En tal caso, no estaba en el área rival los problemas principales de Argentina, sino más bien la dificultad extrema de cómo se acercaba a ella. Una segunda lectura no agrava el vizcachazo fallido: si el Pipa tenía que entrar para que la Selección tuviera más peso en el área, ¿el cambio era por el Kun? ¿Era nueve por nueve con el equipo perdiendo? La respuesta es no.
La segunda modificación fue el ingreso de Cristian Pavón. Sampaoli advirtió (quién no) que el delantero de Boca tiene una marcha más, es revulsivo y en los pocos partidos que jugó se entendió bien con Messi. Ingresó por el apático Salvio y quedó claro que hubiera sido mejor que Pavón jugara de entrada, porque tiene mejor retroceso que el ex Lanús y porque siempre es más difícil entrar cuando las papas arden. Con el 0-1, Croacia reforzó el lateral izquierdo, alertada de los antecedentes de Kichán. Otra modificación del Zurdo que no funcionó.
El tercer cambio es ya producto de la desesperación por la derrota. Dybala, hasta aquí, parecía estar en los arrabales de las preferencias del entrenador. Pero lo metieron en la cancha para ver si desde su telento individual emergía alguna respuesta. Desde ya, fue una cambio para quemar las naves, ya que entró en lugar de Enzo Pérez, encargado de ayudar a Mascherano en la contención. Dybala tuvo un intento de zurda que se fue lejos, como aporte único en el partido. A sus espaldas, Modric tuvo la libertad que no había tenido antes y así llegó el segundo gol, el que terminó de hundir a la Argentina.
Al costado de Sampaoli quedó Giovani Lo Celso, el jugador que estuvo de moda durante la concentración en Barcelona, pero que conforme fue acercándose a Bronnitsy fue perdiendo chances, al punto de no haber jugado un minuto en el Mundial. El equipo terminó partido, sin identidad de juego, con jugadores salidos de otro libreto, sin el respaldo de entrenamientos que los fueran metiendo en el funcionamiento. Así nos fue.
Sampaoli no sólo falló el diagnóstico, sino las posteriores movidas del equipo. ¿Higuaín por el Kun Agüero como primer cambio? ¿Cuándo ensayó con Dybala? Así nos fue.