Los hinchas explotaron contra el DT e incluso un botellazo alcanzó al PF. También hubo silbidos para Caballero luego del horror en el primer gol. “SAMPAOLI BOTÓN...”
La condena de los hinchas argentinos en Rusia llegó cuando ya se veía que el destino no iba a cambiar. Sampaoli, al parecer, cerró la grieta entre nuestros compatriotas y, exceptuando a algunos pocos que aún aprietan fuerte los labios, se convirtió en el hombre menos popular del país. Y es que, por primera vez en muchísimo tiempo, las críticas y los enojos de los millones de técnicos de la Selección traspasaron la mesa de café, el taxi o las redes sociales para unirse en un grito masivo de cancha. Bien de fin de semana, de liga argenta. “Sampaoli botón, Sampaoli botón, sos un hijo de puta, la puta madre que te parió” se escuchó clarísimo en las tribunas del Nizhni Nóvgorod. Como si fuera la Bombonera fastidiosa con un DT que no ponía a Riquelme o el Monumental caliente porque la máquina no arranca, pero a más de 16.000 kilómetros y en pleno Mundial.
Y en ese cántico se canalizó la decepción de alrededor de 20 mil argentinos que sufrieron a Modric y compañía. Los gestos de cada uno de ellos eran los mismos o similares que los de Maradona en el palco: estaban destruidos anímicamente. Una mezcla de tristeza, rabia e impotencia que decantó en el hit dirigido al entrenador. A eso se sumó el repudiable botellazo que cayó desde una de las tribunas y que tenía como objetivo la pelada de Sampaoli pero terminó en la cabeza calva del profe Desio.
Y los reproches de los hinchas, más allá del vergonzoso resultado y de lo complicado que quedó el sueño, se dieron por decisiones muy puntuales de Sampaoli. A pesar del entusiasmo previo, desde el momento en que se mencionaron las formaciones, después del ovacionado Messi el más aplaudido fue Pavón, a quien el DT dejó en el banco sin ningún consenso popular. Y en el segundo tiempo, claro, quedó mucho más expuesto por el horror de Caballero: a Sampa le facturaron la elección del arquero del City por sobre Armani, el preferido de la gente.
Junto con el entrenador, el otro que la pasó realmente mal y sufrió el enojo de los hinchas fue justamente Willy. Tras la tremenda equivocación que derivó en el 10 croata, silbaron cada intervención del arquero, que eligió dejar de complicarse con los pies cuando ya era demasiado tarde.
Como en una cancha argentina pero en Rusia, la gente hizo sentir su enojo. Que fue tan grande como la decepción.