Este equipo te da cátedra
El Oso se definió como “un jugador colectivo”, que se brinda por el equipo, y aseguró: “No me interesa ser goleador”. River organizó otro campus en Orlando y varios jugadores hasta se prendieron en un picadito...
Los 11,5 millones de euros que pagó River por su pase (al San Pablo) no son una mochila para Lucas Pratto. Lo que más preocupa al gigante de 187 centímetros y 91 kilos es justamente su propio peso. Porque es consciente de que necesita estar en plenas condiciones físicas para cargarse el equipo al hombro en ataque. O para llevarse a la rastra a los defensores rivales. Por eso, admite que debe controlar su pasión por “los quesos, las pastas y la pizza: me tengo que cuidar para estar fino”. Y no lo hace simplemente como un objetivo personal sino en beneficio del equipo. “Siempre digo que yo dependo de lo colectivo. Soy un jugador colectivo. El que esperaba que agarrara la pelota, pasara a cinco y metiera el gol quería ver a otro jugador”, explicó el Oso.
El delantero de 30 años no le escapa a su responsabilidad de convertir, pero aclara que no se trata de su principal virtud. “Cuando llegué a River dije que quería hacer 25 goles en la temporada y era un poco mu- cho... El que me conoce sabe que a mí me importa salir campeón, no me interesa ser goleador”, dijo el ex Vélez en el Superclásico (radio Rivadavia).
Pratto es consciente de que su rendimiento con la Banda estuvo lejos de la gran expectativa que se había generado a principio de año con su incorporación, aunque se lo atribuye (en parte) al nivel colectivo. “En Vélez, Mineiro y San Pablo rendí mejor cuando mejor jugaba el equipo. Y lo mismo me pasó en River: cuando el equipo levantó, yo levanté, hice grandes partidos y metí goles”, describió.
Otra de sus cuentas pendientes es lograr una sociedad más eficiente con Scocco, ya que las buenas conexiones entre ambos fueron esporádicas. “Ya llevamos seis meses juntos, igual que con Rafa (Borré) y Rodri (Mora), nos conocemos mejor y nos estamos entendiendo bien en los entrenamientos”.
Pratto entiende el valor de su potencia. Y se mimetiza con el equipo: “Hoy todo el que se enfrenta con River sabe que la puede llegar a pasar mal. Y nosotros queremos que los rivales sientan eso desde el debut en la Copa Argentina. Y ojalá, claro, que a Racing le hagamos sentir eso y lo hagamos sufrir”. Sí, les quiere tirar el bondi encima...
Eran cerca de 80, entre chicos y chicas, todos vestidos con la camiseta de River, entrenándose en la cancha que está pegada a la que practicaba el plantel. Ejercicios por acá y por allá, pelotas, conos y un crisol de nacionalidades. El escenario de un nuevo campus que organizó el club aprovechando su estadía en Orlando fue un éxito, pero lo mejor se lo pusieron los futbolistas del plantel profesional. Porque una vez que Gallardo pitó el final de los trabajos, todos se acercaron para mirar, saludar y sacarse fotos con los pibes y pibas. Pero la tentación pudo más y Nacho Fernández, Montiel, Pinola, Martínez Quarta y el arquero Franco Petroli se prendieron en un picadito multitudinario, lleno de sonrisas.
Petroli dejó los guantes y mostró sus condiciones con los pies también. Y, entonces, Martínez Quarta y Nacho se animaron a ir un rato cada uno al arco, mientras sus compañeros los chicaneaban desde afuera de una de las canchas del ESPN Wide World of Sports. Así, los que se inscribieron para el campus millonario vivieron una jornada inolvidable, con un extra impensado.