Olé

Racing tenía una noche ideal en Tucumán: ganaba y el rival, con uno menos, estaba mareado. Pero otra vez se durmió y el invicto se acabó. ¿Qué pasó, Chacho?

- BRUNO FARANO bfarano@ole.com.ar

De mirar la tabla con largavista­s a terminar al borde de un ataque de nervios la novena fecha. Racing no termina de despegar y en la Ciudadela de la furia dio un paso atrás, otro más. Suena raro ser muy crítico de un equipo que marcha puntero, que recién ayer perdió el invicto, pero el Racing de Coudet repite patrones de juego. Para bien. Y anoche para mal. Porque ante un San Martín muy limitado, que estaba herido porque aún no había ganado en el torneo, que encima se quedó con uno menos en el amanecer del partido, la Academia no supo sacarle jugo a una situación muy favorable. Como le sucedió ante Boca. Como le ocurrió en la primera fecha ante Atlético: de estar ganando 2-0, a terminar 2-2 y pidiendo la hora. En ésta, la tercera, fue la vencida y, entonces, Chacho tendrá que poner sus conceptos en remojo para ver qué pasa... Noche caliente en Tucumán, como casi todas. En la Ciudadela, donde no había lugar ni para un alfiler, pasó de todo. Lluvia de papelitos en el ingreso del equipo que estaba último y que enfrentaba al primero. Un corte de luz que demoró el comienzo del partido por 25’. Un comienzo tremendo del local, con un Racing que estaba dormido. Hasta que Arce se mandó un error de primer grado -mano afuera del área del arquero y expulsión a los 16’- y la noche parecía ideal para el visitante, para sacarle mil puntos a todos los grandes en la tabla. En ese PT, el equipo de Coudet fue mejorando a medida que el local se desgastaba de tanto correr, en un encuentro súper cortado, por las amarillas, por los incidentes constantes -le tiraron proyectile­s a Saravia y al juez asistente dos, Pablo González- y porque el puntero no podía dar dos pases seguidos, más allá de que Centurión mostraba un juego interesant­e.

En el segundo tiempo, Centu finalmente pudo hacer valer su talento y le tiró el centro a Solari para el 10. Parecía liquidado porque San Martín sólo se mantenía vivo por las inmensas atajadas de Carranza, pero nada más. El local no pasaba la mitad de la cancha, pero Racing no liquidaba el pleito. Y de repente, en una jugada aislada, el chiquitín Costa empezó a correr, la visita estaba mal parada, Orban no defendió con decisión y... Bieler sacó a relucir la ley del ex. La Academia quedó mareada, herida, pero tenía una más, aunque las ideas poco claras: jugadón de García, otro gol del Taca, para hacer delirar al pueblo Ciruja, para que a Racing se le llene el banco de preguntas en la Ciudadela de la Furia.

SAN MARTÍN GANÓ SU PRIMER PARTIDO EN SUPERLIGA.

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