LA CANCHA DE LA LONA
Pese al pronóstico, Boca no usó el cobertor antes de la lluvia: la alta temperatura hubiera dañado el césped...
En el 2015, Boca comenzó a utilizar una inmensa lona para preservar el campo de juego ante pronósticos de tormentas muy fuertes. Sin dudas, la ausencia del cobertor en la previa del partido más importante de la historia del fútbol argentino llamó mucho la atención. ¿Se podría haber evitado la suspensión del clásico de Copa? No, porque el clima caluroso del viernes no permitió tapar el césped.
Según explicó el mismo Daniel Angelici, el canchero de la Bombonera le aclaró que hubiese sido un riesgo utilizar el plástico en un día donde la temperatura llegó a los 35 grados. Con el peso posterior de la lluvia, ese pasto que hubiese estado sin oxígeno podría haberse levantado de manera importante. Era un riesgo. Además, había otro tema que tuvieron en cuenta: los químicos que se utilizan para preservar el césped liberan gases tóxicos que arruinan la propia cancha.
Es cierto que la Conmebol había sugerido que se tapara el campo de juego, pero en Boca creyeron que lo mejor era dejarlo descubierto. “La explicación técnica me la dio nuestro ingeniero agrónomo, porque también hay un tema con la pastura: hubo resiembra y taparlo hubiese arruinado todo el césped. No era una solución sino empeorar el estado. Y tampoco se puede poner ahora. Así que vamos a estar toda la noche acá viendo cómo mejorarlo. Si llueve, vamos a colaborar con todo lo que se pueda para jugar este Superclásico”, contó el presidente del Xeneize.
No sólo la lluvia hizo su parte para aguar la final: el calor también aportó lo suyo. Y por esto el partido más importante de la historia de la Argentina besó la lona.