ASÍ JUEGA UN HINCHA
El mendocino la rompió con dos golazos que gozó como cuando veía la Libertadores “por televisión”.
FUE LA NOCHE QUE EN NÚÑEZ VOLVIÓ A SONAR EL “ENZO, ENZO”.
Olé, olé, olé, olé, Enzoooooo, Enzoooooo”. El grito que tantos años retumbó en el Monumental volvió a sonar a casi 20 años del último partido oficial del uruguayo. Esta vez, el príncipe fue Enzo Pérez. Porque se paró cerquita de Ponzio para que todos le dieran la pelota y él asumiera sin problemas la conducción del equipo. Porque tiene todos los movimientos en la cabeza. Porque se entendió con Scocco con la mirada y fue al vacío a buscar el pase y clavar el gol que significaba la clasificación. Porque corrió de punta a punta, pasó entre dos rivales y definió para cerrar la cuenta de una goleada histórica. Porque gritó los goles como los gritaron los que estaban en la tribuna. Porque lleva el amor por esa camiseta en la piel. Porque está viviendo el sueño del pibe y lo goza más que nadie. “Vine para esto, para disfrutar lo que antes veía por televisión”, contó con la sonrisa de un nene que acaba de saludar a los Paw Patrol. Luego de convertir su segundo gol de la noche fue cuando recibió
“VINE PARA DISFRUTAR ESTO”, CONFESÓ.