PURA SANGRE
Licha puso cuerpo y alma en la batalla ante Corinthians. Ni un corte en su pie derecho lo hizo dejar la cancha. Con él en alto nivel, Racing está en carrera...
Mete como un caballo y juega como un caballero. Cuando se enoja galopa y enseguida saca ventaja, pero, por momentos, se da el lujo de andar al tranquito porque le sobra. Un pura sangre. Un caballo de elite, de esos que escasean y se ven cada vez menos. El ídolo. Lisandro López. La bandera de este equipo que se sacó de encima al rival más difícil de la Copa Sudamericana. Al candidato casi unánime a llevarse el título. Y mucho tuvo que ver Licha con este pase a cuartos de final. Figura en la ida en San Pablo en el 1-1 y figura el miércoles en Avellaneda en el 0-0. Guapeando, pelándose con los rivales para marcar territorio, haciéndose dueño de la pelota cuando era una bola de fuego, asistiendo a Triverio sobre el final del PT y terminando el partido con su empeine lleno de sangre. Sí, con su pie derecho lastimado, con un hilo de sangre que le brotaba del botín luego de le batalla de Avellaneda donde el Timao quedó en las manos de Racing. Lo del delantero de la Academia no fue sólo juego y calidad. De hecho, fue más importante desde la entrega y el contagio que en el aspecto futbolístico. Fue vivo y pícaro para sacar del partido desde el inicio a Ángel Romero, el jugador más peligroso de los paulistas, quien se terminó preocupando más por querer ganarle a Lisandro en el mano a mano, que por hacer jugar a su equipo. Ya son muchísimas las peleas en el lomo de Licha, pero ésta es la que más quiere ganar, esa que desea desde chico con el club que lo vio nacer. Con el equipo con el que nunca pudo dar una vuelta, El gran motivo por el que decidió volver. Y en eso anda, con la mira enfocada. Por eso todos sonríen en la Acadé, que encontró en él su mejor refuerzo de este mercado.
Un pura sangre que quiere gloria. Y, sin dudas, con él en este nivel, Racing está en carrera...