OLE EN RUSIA “EL PENAL LO ERRAMOS LOS 40 MILLONES”

Sampaoli usó el inflador anímico con el 10: no quiere que se le caiga la única gran esperanza de la Selección. “Hacerlo responsable cuando no le va bien es una postura muy cómoda”, lo bancó.

Leo Messi pasa estos días entre la rabia y el fastidio. Después del debut contra Islandia, no se dejó ver demasiado: entre los entrenamientos a los que sólo salen los suplentes, los entrenamientos en los que la prensa puede entrar cuando los muchachos ya se están yendo y los entrenamientos en los que los ejercicios se planifican casualmente en el extremo opuesto a las cámaras, al 10 argentino recién se le vio la cara, unos segundos y de lejos, cuando se subió al avión en Moscú y cuando llegó en el micro a Nizhny. Y más allá de un saludo tímido a los argentinos que lo esperaban, de esa mano levantada lacónicamente, en los dos casos se pateaba la cara. Es lógico: le digan lo que le digan, y aunque Sampaoli haga lo imposible por trasladarlo a una zona de confort, el capitán se siente responsable del empate contra Islandia, una derrota personal por ese penal que se le debe aparecer como una pesadilla delante de los ojos.

“El penal lo erramos los 40 millones de argentinos”, lo defendió ayer Sampaoli. ¿Humo? Es un poco mucho socializar la responsabilidad del penal entre todos los argentinos cuando otras cosas de Messi no se socializan, pero el entrenador está desesperado por que no se le le caiga la única gran es-

“EL QUIERE HACERSE CARGO DE ALGO QUE NO LE CORRESPONDE”.

peranza del plantel. Porque la realidad es que, más allá de que la gente se desespere pidiendo a Armani o a Pavón, más allá del buen debut del Kun Agüero, las chances argentinas en el Mundial dependen enteramente de Messi. De todos modos, Sampaoli lo defendió con argumentos válidos:“Cuando Messi hace un gol, todos tenemos su camiseta puesta. En cambio, cuando no le va bien, lo hacemos responsable. Es una postura muy cómoda”, reflexionó el DT. Y habló también de los estados de ánimo en general y del de Leo en particular: “La verdad es que hubo mucha bronca por no ganar. Y ésas son emociones vinculadas con la responsabilidad. Messi quiere hacerse cargo de algo que no le corresponde. Messi es el mejor del mundo, pero es imposible que un jugador solo pueda cambiar las realidades de un partido. No puede ser responsable de un fracaso”.

Sampaoli quiere evitar las presiones desmedidas sobre el 10 y buena parte del trabajo de estos días fue planificar la ayuda y aprovechar lo que el 10 genera. La repetida foto de Messi rodeado de camisetas rivales (tuvo su versión Copa América en Chile, también en Estados Unidos y se vio en el estreno Mundial frente a Islandia) debe tener necesariamente un beneficio: “Si hay tres o cuatro jugadores a su alrededor, marcándolo, eso significa que debe haber otros libres para lastimar al rival. Esperemos aportar las variantes para que Leo pueda aportar su calidad y el resto lo aproveche. La idea de encontrar opciones para que Messi no esté tan rodeado es una idea crucial para este equipo”.

¿Podrá Messi saltar por encima de su autoexigencia cuando a cada rato y donde sea todos se preguntan si ésta es su última gran chance de ganar un Mundial? Pocas cosas -o tal vez ninguna- desea Messi más que ganar un título con la Selección. Sampaoli sale al rescate, abre la olla a presión, lo libera: “Messi es un prócer, como lo fue Diego. Cada argentino tiene la 10 de Messi o de Maradona, y eso tiene un valor”. Ojalá la sonrisa también sea de los 40 millones...

“MESSI ES UN PRÓCER, COMO LO FUE DIEGO”