Los desafíos de política económica del gobierno de Javier Milei
Lorenzo Sigaut Gravina Director de Análisis Macroeconómico de Equilibra
Finalmente se develó la principal incógnita del proceso electoral: Javier Milei fue electo presidente tras derrotar a Sergio Massa por más de 10 p.p. -casi 3 millones de votos- en el balotaje. La herencia económica que recibirá el presidente electo es muy compleja, pues en la mayoría de los frentes es más pesada que la recibida por Mauricio Macri (MM) y Alberto Fernández (AF). Repasemos los 4 principales puntos de la dicha herencia:
1) Argentina está atrapada hace 12 años en un cuadro de “Estanflación” (estancamiento + inflación elevada) que deteriora significativamente el cuadro socioeconómico. De hecho, la pobreza pasó de promediar 26,6% en 2011 a rozar 42% en 2023. Esto implica que la cantidad de personas que viven en un hogar pobre en argentina trepó 80% en los últimos 12 años, pasando de 10,8 a 19,5 millones.
2) El balance del BCRA está muy deteriorado: las reservas internacionales están en valores mínimos (brutas rondando US$ 21.000 millones y netas en rojo por casi US$ 11.000 millones); la deuda comercial con importadores no para de crecer (acumula casi US$ 15.000 millones en los primeros 9 meses del año; los pasivos remunerados en pesos (Pases +Leliqs) están en niveles muy elevados, rondando 11% del PBI; y, cada vez hay más restricciones cambiarias y la brecha supera cómodamente el 100%.
3) El déficit primario del sector público Nacional rozará 3% del PBI en 2023, inferior al 4,5% del PBI que dejó CFK en 2015, pero superior al rojo de 0,5% que dejó MM en 2019. Gracias a la reestructuración de la deuda de 2020, la carga de intereses bajó a un promedio anual de 1,7% del PBI, tras promediar 2,4% del PBI durante la gestión de Macri. El déficit financiero cierra arriba (abajo) del mandato de MM (CFK).
4) La reestructuración de la deuda pública alivió el perfil de vencimientos en moneda dura, pero no despejó la incertidumbre sobre su repago. La prima de riesgo país está arriba de los 2.000 puntos básicos y según el análisis de sostenibilidad del FMI, sigue siendo “sostenible”, pero no con alta probabilidad. El Tesoro pudo recomponer el mercado local de financiamiento en pesos, pero reforzando el cepo, emitiendo deuda indexada (inflación/y/o Dólar) y con el BCRA oficiando de comprador de última instancia.
Repasemos ahora los recursos políticos con los que contará el flamante presidente electo. Pese al contundente triunfo en el balotaje -se impuso en 21 de las 24 provincias, excepto Formosa, Santiago del Estero y, por escaso margen, en Provincia de Buenos Aires-, las fuerzas propias del presidente electo son escasas: sólo cuenta con 8 senadores y 38 diputados. El pacto con Macri-Bullrich podría aportarle un número relevantes de legisladores del PRO y acercarle gobernadores aliados, pero incluso con ellos no le alcanzaría para lograr mayorías.
Otro escollo que puede afectar la gobernabilidad es la falta de experiencia en el sector público: pese al efecto “luna de miel” que acompaña al flamante presidente electo, no hay casi margen para el errorniparael “learning by doing”. Por ello, será clave la conformación de su Gabinete Nacional. Aún no sabemos quién será el ministro de Economía, pero si que Emilio Ocampo presidirá el BCRA.
En cuanto a la estrategia económica de la administración Milei sólo hay algunas precisiones: 1) No habría dolarización en el corto plazo (al menos un año), ya que en la reunión del Cicyp de la semana pasada dijo que recién ocurriría cuando arregle el balance del BCRA y se hagan la corrección fiscal y la reforma laboral; 2) Habría privatizaciones una vez se logre sanear las empresas públicas, lo cual no sólo llevará tiempo sino que también requiere aprobación parlamentaria; 3) Brindó señales contundentes respecto a la deuda pública (“los compromisos se honran”) y está decidido a mejorar de la capacidad de pago del Estado realizando un fuerte ajuste del gasto público Nacional; 4) se inclinará por una estrategia de shock, lo cual podría implicar un fuerte ajuste fiscal inicial con rápida liberación del mercado cambiario.
El problema es que la posibilidad de que la unificación cambiaria sea exitosa como la de Macri a principios de su gestión es acotada: el balance del BCRA está muy debilitado (peor que a fines de 2015), la inflación anual y la brecha superan el 100%; y, a diferencia de Macri tras el acuerdo con los holdouts, no hay posibilidad de conseguir financiamiento externo rápidamente (la reestructuración de Guzmán fracasó en este plano).
De aquí al 10 de diciembre habrá mayores precisiones sobre el equipo y el plan económico del gobierno de Milei, pero la conjunción de una pesada herencia económica, con escaza musculatura política y experiencia en el Estado, hacen que la apuesta a una terapia de shock económico luzca muy arriesgada..