El hombre que fue uno solo con su instrumento
Jimi Hendrix, el músico que reformuló el sonido de la guitarra
“Quiero hacer música tan perfecta que se filtre a través del cuerpo y sea capaz de curar cualquier
enfermedad.” @
El deseo no mutó en realidad para Jimi Hendrix. Poco después de hilvanar semejante frase durante una de las últimas entrevistas que dio a la prensa, murió. Fue el viernes 18 de septiembre de 1970. La versión “oficial” es que se ahogó en su propio vómito, camino al hospital. Que eso ocurrió por la impericia de unos enfermeros que lo pusieron boca arriba en la ambulancia, tras encontrarlo inconsciente en la habitación del hotel que compartía con Mónica Dannerman, su amigovia, en Notting Hill. Había mezclado barbitúricos con vino en cantidad. Una hipótesis más reciente, en cambio, habla de asesinato. Afirma James Wright en su libro Rock Roadie (2009) que en realidad lo mató Michael Jeffery. El presunto asesino era su manager y, según el libro, éste pensaba que Jimi estaba por abandonarlo, y no quería perderse el multimillonario seguro de vida que había contratado. La versión no es descabellada, dado que Wright era tan cercano a uno como a otro, y asegura que Jeffery se lo confesó personalmente un año después del hecho. Pero dos cabos sueltos nublan la posibilidad. Una es que el empresario ya no está para ratificar sus posibles dichos –murió en 1973–, y otra es que no se entiende por qué Wright demoró tanto en hacer pública la noticia.
Como fuere, James Marshall Hendrix ya no está. El infernal y poderoso dios de la guitarra lo devoró en sus fauces hace ya cincuenta años. Tenía 27, la misma edad que Brian Jones, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain cuando murieron. Al igual que el último, había nacido en Seattle, pero 25 años antes, en 1942. Del período que va desde su nacimiento hasta 1966, año de su llegada a Londres, se destacan algunas secuencias que reaparecerían de manera alegórica durante su corto pero intenso devenir. Se dice que lo habían expulsado de la escuela secundaria porque el negro intentó “avanzar” a una compañerita blanca. Poco después, en 1961, se alistó en el ejército como paracaidista –una decisión relacionada con evitar una condena por conducir autos robados antes que con el espíritu patriótico–, hasta que un severo esguince de tobillo (otros aseguran que lo echaron por inservible) sufrido durante un aterrizaje lo echó para atrás. El tercer mojón del joven Hendrix –y el más relevante– es que hizo sus primeras armas musicales junto a tipos negros: el pionero del soul Solomon Burke; el saxofonista King Curtis; Wilson Pickett; el cantante Curtis
Con poca suerte en Estados Unidos, el músico de Seattle debió trasplantarse a Londres para obtener el reconocimiento que merecía... y convertirse en leyenda.
The Jimi Hendrix Experience en 1967.
Knight, los Isley Brothers y los Upsetters de Little Richard, entre otros, hasta que formó su propia banda: la Jimmy James and the Blue Flames. Con ella sonaron las primeras versiones de “Foxey Lady”, y los covers “Like a rolling stone” o “Summertime” en el derruido y mítico Café Wha?, del Greenwich Village.
Un paracaidista sobre Londres
Lo del Hendrix paracaidista opera como metáfora propicia para comparar con su llegada a Londres. Nadie absolutamente lo conocía cuando aterrizó en tierras británicas, precisamente como el paracaidista que había intentado ser en el ejército de Estados Unidos. Chas Chandler, bajista de The Animals, lo había escuchado tocar “Hey Joe” en el Cafe Wha? del Village –ese que solían frecuentar Bob Dylan, los Beatles y los Stones– y se la jugó entera por él. Tanto se la jugó que dejó su puesto en la banda de Eric Burdon y se convirtió en representante, productor, confidente, protector y amigo de ese anónimo guitar hero de 23 años. Le pagó los pasajes de ida. Lo vistió. Lo alojó en su departamento. Y le dio de comer, al punto que el mundo le debe a Chandler el hecho de que ese genio haya salido de la lámpara. También a Linda Keith, la mujer de Keith Richards que lo fogoneó tras verlo tocar con los Squires, en el The Cheetah Club. Y luego a Noel Redding y Mitch Michell, claro, que pronto se convertirían en la base rítmica de la Jimi Hendrix Experience.
El debut del fulminante trío fue a mediados de octubre del ‘66, en el Novelty de Evreux, París, como telonero del cantante Johnnie Hallyday, y tuvo buena recepción. Pero para que la suerte del principiante no fallara en Londres, los finos ingleses tuvieron que ver a Hendrix arremolinar con su tormentoso sonido la escena del “Scotch of St. James”, en el premonitorio concierto de diciembre de 1966. El rock and roll expansivo, fuerte y hechizante del chero