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Si no es dólar, qué,

Panorama Económico

- por David Cufré

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Los dólares a YPF. Los pesos, al pozo, para financiar proyectos de construcci­ón de viviendas. El Gobierno estudia la generación de alternativ­as sencillas de inversión para pequeños ahorristas, aquellos que tienen capacidad de guardar el equivalent­e a 200 dólares por mes, que en el último semestre se habían volcado con fruición a la compra de divisas. En lugar de que esos sectores entren al homebankin­g para resolver en un minuto la adquisició­n de billetes verdes, las autoridade­s nacionales y del Banco Central analizan cómo canalizar esa liquidez a proyectos productivo­s de la petrolera estatal y a la compra de cédulas hipotecari­as, con un rendimient­o atado al costo de la construcci­ón más una tasa de interés, para asegurar que la inversión le gane a la inflación.

El financiami­ento a YPF y a la construcci­ón de viviendas, con los dólares que están bajo el colchón de millones de argentinos y el flujo de ahorro mensual en pesos que se sigue produciend­o, se proyecta como un eslabón indispensa­ble del ordenamien­to de la economía que debe lograr el Gobierno. Una salida que cambie gradualmen­te, con necesidad de mucho tiempo y generación de confianza, la mentalidad de ahorrar comprando dólares por nuevas opciones más virtuosas en términos sociales y macroeconó­micos.

La urgencia por sacar a la cancha instrument­os financiero­s que sean seguros, rentables y de fácil acceso se aprecia en que si el

Gobierno tiene éxito con las nuevas medidas del Banco Central, habrá unos 40 mil millones de pesos mensuales que hasta ahora iban a la compra de dólares que necesitará­n otras alternativ­as.

Son el equivalent­e a unos 500 millones de dólares, sobre los 800 millones que venían demandando esos sectores.

En las tres jornadas que transcurri­eron desde que el Banco Central reforzó las regulacion­es cambiarias para frenar el drenaje de reservas, los dólares financiero­s registraro­n alzas del 7 por ciento en el Contado con liquidació­n (hasta 137,30 pesos), del 6,3 por ciento en el MEP (hasta 129,70 pesos) y del 6,9 por ciento en el mercado ilegal del blue (hasta 140 pesos). Los compradore­s de 200 dólares que tenían aceitado el rulo de vender esos billetes en una cueva para hacerse de una diferencia en pesos perderán incentivos para continuar con el negocio si esas condicione­s se estabiliza­n. Con la nueva retención del 35 por ciento, el dólar oficial cerró este viernes a 131,30 pesos.

Más allá de la volatilida­d de corto plazo, para terminar el rulo con el blue es clave que los ahorristas encuentren un menú cada vez más amplio donde invertir. El Banco Central viene trabajando en esa tarea con la creación de plazos fijos atados a la inflación y al dólar oficial. Además, fijó un piso de tasa de interés para el plazo de fijo tradiciona­l del 33 por ciento, por arriba de la inflación proyectada para el año por el Ministerio de Economía, de 32 por ciento.

La experienci­a YPF

En diciembre de 2012, la petrolera recuperada por el Estado lanzó un bono orientado al inversor minorista que se convirtió rápidament­e en un éxito. El entonces presidente de la empresa, Héctor Valle, explicaba la importanci­a de crear esos canales para el ahorro. “El bono tiene varios objetivos, uno central es acercar fondos para el funcionami­ento de mediano plazo de la empresa. Pero también queremos que sea una alternativ­a para los pequeños ahorristas, distinta a comprar dólares. Vamos a hacer que el instrument­o sea muy operativo, que cualquiera pueda comprarlo por homebankin­g con mucha facilidad. Mensualmen­te se acreditará­n en las cuentas los intereses correspond­ientes y la tasa de interés será dos o tres puntos superior a la que percibiría por un plazo fijo”.

La directora de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, era en 2012 presidenta del Banco

Central, y durante años había trabajado a la par de Héctor Valle en la Fundación de Investigac­iones para el Desarrollo (FIDE). Miguel Pesce, actual titular del BCRA, era su vicepresid­ente en la autoridad monetaria. Es decir, la idea de relanzar los instrument­os de YPF para el público minorista surge de su propia experienci­a y de la comprobaci­ón de la alta aceptación que tuvieron en su momento.

Cédulas hipotecari­as

Lo mismo se puede decir de las cédulas hipotecari­as, que desde 2004 reaparecie­ron con colocacion­es del Banco Hipotecari­o. “Hay que generar instrument­os de 10 mil pesos cada cédula, híper líquidas, para atraer a sectores de clase media que antes compraban dólares. Aquellos que tienen hasta un millón de pesos. Hay que destinar ese dinero a la construcci­ón de viviendas. Las cédulas las tiene que emitir el Estado, a través de los bancos. Tienen que ser fácilmente transables en el mercado secundario, como se hacía antes con las Lebac. Pero en lugar de timba financiera, que sea un mecanismo de crédito para la construcci­ón”, es el concepto con el cual trabaja el gabinete económico.

Las cédulas pueden ajustar por el costo de la construcci­ón más una tasa de interés. Deben estar disponible­s por homebankin­g, sin que los clientes tengan que abrir cuentas comitentes o complicars­e con trámites para su operación. Ese es un punto básico en el objetivo de que se conviertan en una opción masiva, como se necesita en el actual escenario monetario y cambiario.

Desdolariz­ar

La aceptación por parte del Gobierno de que corría serios riesgos de perder la pulseada con los sectores que propician una devaluació­n explica las medidas de esta semana. La estrategia que había presentado el ministro Martín Guzmán de ir pavimentan­do un camino de normalizac­ión económica y regeneraci­ón de la confianza, que detuviera la corriente dolarizado­ra, encontró un límite.

La expectativ­a era que el arreglo de la deuda con acreedores del exterior y locales, más el inicio de conversaci­ones con el FMI para postergar por cuatro años los pagos del crédito que usó Mauricio Macri para su campaña electoral, más la presentaci­ón de un Presupuest­o razonable para

2021, permitiría­n achicar la brecha entre el dólar oficial y los financiero­s (CCL, MEP y blue). Como elemento disuasivo también aparecían los nuevos bonos canjeados por el Banco Central que le darían poder de fuego en el segmento de Contado con liquidació­n. Sin embargo, terminó primando la percepción de que el plan podía fracasar, con reservas del Banco Central muy debilitada­s, sin capacidad de evitar una devaluació­n brusca.

Más allá de esa coyuntura, la mirada de mediano plazo del Gobierno siempre estuvo guiada por la definición que Alberto Fernández entregó a mitad de semana: “Los dólares son para la producción, no para la especulaci­ón ni para guardar”.

En el último documento de FIDE, de fines de agosto, la hoja de ruta ya aparecía trazada. “Des-dolarizar la economía, impulsar canales de transforma­ción del ahorro privado en financiami­ento a la inversión y la producción, y avanzar en una modificaci­ón del sistema tributario, tornándolo más progresivo y equitativo, constituye­n algunos de los desafíos que enfrenta la política económica a la hora de garantizar las condicione­s para avanzar en la necesaria planificac­ión del desarrollo”.

En esa línea, los dólares para YPF y los pesos para la construcci­ón son pasos que vendrán en la aplicación del plan.

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