Beliz, asesor del Papa
Será parte de la Academia Pontificia
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El papa Francisco designó a Gustavo Beliz, Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, como Miembro Ordinario de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, un organismo vaticano conocido como una usina de pensamiento destinada a asesorar el gobierno de la Iglesia Católica. El anuncio fue hecho a través de una comunicación de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El canciller de la Academia es el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo. Según la definición oficial la Academia Pontificia, tiene “alcance internacional, multi-racial en su composición, y no-sectaria en la elección de sus miembros”.
La designación de Béliz, a quien se le reconoce su clara identificación religiosa con el catolicismo, habla también de la cercanía del funcionario con el papa Francisco y con el canciller de la
Academia Pontificia de Ciencias, el obispo Sánchez Sorondo. Beliz fue parte de la comitiva oficial que acompañó, el 31 de enero pasado, al presidente Alberto Fernández a su encuentro con el papa Jorge Bergoglio en Roma.
Al margen de los méritos personales que el Vaticano reconoce en el funcionario, el nombramiento también puede leerse como un nuevo respaldo de Francisco hacia Alberto Fernández y su equipo de gobierno, algo que quedó en evidencia durante toda la negociación de la deuda externa con acreedores privados internacionales.
El 20 de febrero pasado Beliz participó especialmente invitado en un seminario organizado por la Academia Pontificia sobre “Nuevas formas de fraternidad solidaria” y en esa ocasión sostuvo que “los libres movimientos de capitales de corto plazo son como los falsos profetas, que vienen con piel de cordero pero por adentro son como lobos rapaces”. Dijo además en la oportunidad que “en la Argentina queremos ir más allá de esta situación utilizando herramientas que nos aseguren que nunca más tomemos deudas insostenibles” y pidió que “nunca más deudas públicas insostenibles ni en la Argentina ni en América Latina”. En la misma ocasión Beliz denunció a los llamados “paraísos fiscales” a los que catalogó como “infiernos sociales’”. Dijo además que “la mejor forma de combatir la estanflación conceptual es pragmatismo. Pero pragmatismo sin valores es poco más que la ley de la jungla”. Agregó que “una economía sostenible es incompatible con la corrupción o con ausencia de valores” y pidió “reinventar nuestras democracias” en términos más inclusivos.
Según lo establece su estatuto el trabajo de la Academia –fundada por Juan Pablo II el 1º de enero de 1994 mediante el Motu Proprio (decreto pontificio) Socialum Scientiarum –incluye seis grandes áreas: ciencias básicas, ciencias y tecnología de los problemas globales, ciencia de los problemas del mundo en desarrollo, política científica, bioética, epistemología. Se trata de un organismo autónomo y el número de sus miembros, nombrados por el Papa, no puede ser ni inferior a veinte ni superior a cuarenta. Los académicos son nombrados inicialmente por diez años y pueden ser renombrados. Actualmente son 21 y proceden de 13 países de todo el mundo, sin distinción de confesión religiosa.
Si bien el anuncio del nombramiento de Beliz fue hecho en la mañana del 19 de setiembre, su designación oficial data del día primero del mismo mes. Los académicos son seleccionados para el cargo en atención al “alto nivel de competencia en alguna de las diversas disciplinas sociales”.
El actual Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia había sido también candidato a la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero su postulación fue retirada por la Argentina antes de la votación, que finalmente favoreció al estadounidense Mauricio Claver-Carone.
En la Pontificia Academia de Ciencias la tarea de Béliz será, entre otras labores, la de promover el estudio y el progreso de las ciencias sociales, económicas, políticas y jurídicas a la luz de la doctrina social de la Iglesia Católica. @
Las consignas son múltiples y contundentes, pero los argumentos son difusos. Más allá de la heterogeneidad en los reclamos, todas las personas que ayer rompieron el aislamiento para movilizarse hacia el Obelisco porteño coinciden en un punto, se manifiestan en contra de algo: el “populismo”, “la reforma judicial de Cristina”, la “vacuna para combatir el coronavirus” o el “régimen comunista chino”. En el punto nodal de la Ciudad de Buenos Aires, las preocupaciones son diversas, pero todos apelan a un sentimiento de opresión y se unen al grito de “libertad, libertad, libertad”.
Sobre la avenida 9 de Julio, Adrián suspende por un minuto el ruido de su cacerola para explicarle a PáginaI12 que la marcha no es en contra de la cuarentena sino del populismo. “Estamos cansados de este gobierno, el peronismo no va más. Habrá hecho cosas buenas con Perón, pero ya no va más”, asegura este comerciante que llegó a la convocatoria con su esposa e hija desde la localidad de Lanús. En la plaza de la República, Luciano,
un abogado que pone en duda el peligro de la pandemia, alerta que la vacuna contra la Covid-19 “es un negocio de los laboratorios”. A cara descubierta, se indigna por la obligatoriedad del uso del barbijo. “Es inconstitucional. No me pueden obligar a comerme mi propia mugre”, afirma indignado.
Los bocinazos de autos particulares acompañan el movimiento de cientos de banderas argentinas, que se venden en el lugar a doscientos pesos. La imagen más recurrente es la de barbijos que no llegan a tapar la nariz y personas que se agolpan a pesar de que sobraba el espacio. Si bien la mayoría de la gente que se movilizaba se expresaba a favor de los cuidados sanitarios, casi ninguno respetaba el distanciamiento social y los protocolos.
Entre los carteles de los manifestantes se mezclan leyendas como: “La corte Suprema debe salva a la República”, “la infectadura es la máscara del totalitarismo” y hasta el de un bonaerense que en oposición a los cambios en la coparticipación asegura “sentir vergüenza por robarle a la Ciudad de Buenos Aires”.
Contra las vacunas
“Tenemos sospechas de que la vacuna tiene mutaciones genéticas y produce esterilidad.”
Si bien las consignas opositoras a las políticas del gobierno nacional son una constante de las marchas anticuarentena que se desarrollaron en lo que va del año, lo más llamativo y alarmante es el crecimiento exponencial de voces que minimizan los riesgos de la pandemia y rechazan el desarrollo de las vacunas contra el coronavirus.
“Tenemos sospechas de que la vacuna tiene mutaciones genéticas. Los inmunólogos explican que posee ARN mensajero, un genoma que se mete en tu ADN y lo modifica. Está probado que produce esterilidad en los hombres”, manifiesta sin titubear, en diálogo con este medio, Luciano Sanjorge, abogado e integrante de la organización Adhesión Legislativa.
Entre banderas argentinas, carteles y cacerolas, esta agrupación instaló una mesa para recolectar firmas con el objetivo de prohibir la obligatoriedad de las vacunas. La iniciativa generó interés en muchas personas que pasaban por el lugar y se detenían a poner su firma en el petitorio.
“El Estado, por medio del gobierno, se adueñó de nuestros cuerpos, de cada uno de nuestros órganos, tejidos y células, de la autonomía de nuestra voluntad y de nuestras propiedades”, predica el documento de Adhesión Legislativa.
Macristas presentes
En medio de la avalancha de viejas consignas, broncas acumuladas y teorías conspirativas, dirigentes de Juntos por el Cambio se hicieron presentes en el banderazo en busca de capitalizar el descontento social.
“Creí que iba a venir poca gente hoy y me equivoqué. La rebelión antipopulista sigue en marcha en todos lados”, publicó en sus redes sociales el diputado Fernando Iglesias, junto a una selfie desde su auto llegando a la movilización.
El extitular de medios públicos Hernán Lombardi hizo lo propio y posteó una foto en la calle acompañado por un grupo de personas. “Mérito es ganar las calles para defender la libertad. Mérito es nunca bajar los brazos. Mérito es estar unidos bajo la celeste y blanca”, afirmó el exfuncionario.
Por último, no podía faltar la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien días atrás dio positivo de coronavirus. La presidenta del PRO difundió un documento en su cuenta de Fa