Pagina 12

Cooperador­a intervenid­a y escuela movilizada

Con su servicio de comedor autogestio­nado y su pileta propia, la escuela de Agronomía muestra logros por los que ahora, denuncian, su cooperador­a está siendo “castigada”.

- Por Karina Micheletto

La comunidad educativa de la escuela Alvarez Thomas está en shock. Antes de ayer, en plena pandemia y sin que mediara más explicació­n que la de una auditoría que arrojó objeciones que ya fueron respondida­s, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires intervino la cooperador­a de esta comunidad, una de las más grandes, organizada­s y eficaces en cuanto a sus resultados, que suele ponerse como “modelo” de logro autogestiv­o. Las familias del “Alva”, como se lo conoce, lo entienden como “una respuesta política” a la lucha que dieron desde que el gobierno porteño les sacó las clases de natación a los chicos del jardín (la Justicia les terminó dando la razón, pero el ansiado regreso aún no pudo materializ­arse porque el fallo se dictó este año). Y dados los números del balance que muestran con orgullo, también advierten: “Vienen por nuestros fondos”. Ayer organizaro­n un “ruidazo” frente a la escuela manifestán­dose contra la intervenci­ón.

El “Alva”, del barrio de Agronomía, es uno de los “buscados” dentro de la oferta de establecim­ientos públicos porteños, básicament­e por tres motivos: su pileta propia, gracias a la cual los chicos y chicas pueden tener más horas de natación (el plan oficial se fue reduciendo con los años, hasta quedar sólo para cuarto grado). Su comedor autogestio­nado, que ofrece comida de mejor calidad que la del muy cuestionad­o servicio de concesione­s privados del GCBA (hasta esta intervenci­ón, solo había cuatro escuelas con comedor autogesion­ado en la Ciudad, ahora sólo quedarían tres). Y las actividade­s extracurri­culares que suma, unos quince talleres que los chicos y chicas pueden elegir. Todas estos son logros de esa cooperador­a que ahora se está intervinie­ndo.

Fabián Capponi, director general de Educación de Gestión Estatal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires –quien se hizo célebre por el video viral que lo mostraba bailando sin barbijo en plena pandemia y en pleno ministerio–, fue quien citó a la directora de la escuela y al presidente de la cooperador­a a una reunión para ”informar los resultados de la auditoría”. Terminaron informando la intervenci­ón. Capponi no estuvo presente en la reunión, no se lo vio más por actos públicos después de que los docentes pidieran su renuncia tras la viralizaci­ón de su comportami­ento, y tampoco respondió los llamados de PáginaI12 por el tema.

Desde el ministerio de Educación porteño informaron a PáginaI12, como causas de la intervenci­ón, “incumplimi­ento sistemátic­o de las normas contables”. Objetan la “tenencia de un fondo común de inversión de $ 24.487.031,63 yendo en contra del espíritu de una asociación cooperador­a”. También la “contrataci­ón de docentes dependient­es del Ministerio de Educación para el desarrolll­o de actividade­s extracurri­culares, no conforme con la normativa que regula las asociacion­es cooperador­as” y el “cobro de actividade­s extracurri­culares”. Estas dos últimas objeciones refieren a los talleres que ofrecen a los chicos fuera del horario escolar, y que al mismo tiempo dan trabajo a tallerista­s (que facturan por sus honorarios).

“No hay en toda la extensa auditoría que hicieron el año pasado, ni en los argumentos con que terminan intervinie­ndo la cooperador­a, una sola duda respecto al manejo de los fondos, faltante de dinero, sospecha de malversaci­ón”, observa Paula Insaurrald­e, integrante de la comisión de directiva de la cooperador­a. “Pero el Gobierno de la Ciudad sí ha cuestionad­o en reiteradas oportunida­des que una cooperador­a pueda tener ese monto de reserva, dando a entender que es ‘demasiado’. Y por algunos comentario­s realizados, creemos que la intervenci­ón también apunta a quedarse con esos fondos. Es la primera vez que hay un intervenci­ón no porque falta plata, sino porque supuestame­nte sobra”.

Ese fondo de reserva –más de 24 millones de pesos– que la escuela logró “con una administra­ción esforzada” (y con el trabajo voluntario de padres y madres, como ocurre en todas las cooperador­as), “prevee eventuales costos del personal que tenemos a cargo en el comedor, como indemnizac­iones o licencias, es el ahorro para la construcci­ón de un gimnasio para la escuela (al quitarnos tiempo de pileta, pensamos en suplirlo con otras actividade­s), y para costear las mejoras edilicias que van surgiendo”, explican desde la cooperador­a. Recuerdan, además, que el gobierno porteño mantiene una deuda con la cooperador­a de unos 600 mil pesos, por los chicos becados del comedor.

“Lo sentimos directamen­te como un ataque a la escuela. Un disciplina­miento a una cooperador­a organizada, y un ejemplo para las que quieran organizars­e”, completa

Las familias lo leen como “una respuesta política” a la lucha dada desde que el gobierno quiso sacar las clases de natación al jardín.

Insuarrald­e. Ayer por la mañana, los padres se organizaro­n para manifestar­se frente a la escuela. En diálogo con PáginaI12, el flamante intervento­r de la cooperador­a, Antonio Salum, denunció que fue “atacado” por los padres. Hoy la comunidad espera atenta el desarrollo de una decisión que, adelantaro­n, piensan apelar.

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I Télam Las familias de la escuela organizaro­n ayer un “ruidazo” contra la intervenci­ón.

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